Serie: lenta y estática

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Por Julián Peragón




Meditación: Ideas esenciales

Campo_trigo• La meditación es la práctica esencial tanto en el yoga como en el budismo como en el taoísmo y en otras tradiciones.

• La meditación es un estado especial de sintonía, unión, alineación, empatía con el objeto de nuestra meditación sea externo o interno.

• Y la meditación también es el camino que tenemos que recorrer para conectar con ese estado.

• Todas las técnicas de meditación buscan de una manera u otra presencia. Pero no todas las técnicas son válidas para nosotros. Habremos de buscar las técnicas que mejor se adaptan a nuestra naturaleza y a nuestro momento.

• Como no siempre estamos de la misma forma y las situaciones que vivimos son idénticas, merece la pena controlar varias técnicas, aunque una sea la principal, para que nuestra meditación sea flexible y ajustada a lo que necesitamos.

• Es posible que el canto, el baile, la oración, la abstracción o el símbolo sean tu vía pero no hagas un pedestal con ello, sólo son técnicas. Sólo son fuentes para transitarlo. El objetivo es un estado.

• En ese sentido ten cuidado con los círculos de meditación que no te dejan en libertad, libertad para adaptar y libertad para experimentar.

• Pero no te olvides que en un primer término la meditación te ayuda a calmar la mente para poder observar la realidad con más nitidez. Quitar ruido a la mente para escuchar mejor.

• Y esa observación la podemos dirigir hacia el mundo exterior para comprender mejor nuestro en engarce con la vida social.

• Sentarse en silencio es retirarse, puntualmente, del mundo para ganar perspectiva. Mejor ángulo de visión. Visión más global.

• Los asuntos no resueltos aparecen involuntariamente y es el momento de observarlos con total ecuanimidad. Comprender la futilidad de nuestros deseos, la complicación de nuestras relaciones, la limitada comprensión de nuestras motivaciones debajo de las acciones.

• Algo se suelta cuando observamos el automatismo, la compulsión, la rigidez de nuestra vida social.

• Comprender el mundo y nuestra relación con el mundo nos ayuda a percibir la estrecha relación de la vida con mi carácter.

• Comprender una ayuda a comprender la otra. Dime cómo vives y te diré quién eres.

• La resistencia que ofrece el mundo a nuestro deseo omnipotente, van algo caprichoso, es el fruto de nuestra ignorancia profunda pero camuflada.

• Podemos decir que la postura meditativa es el mundo y la resistencia del mundo es pareja a la resistencia en la postura

• La agitación, el dolor, la dispersión, la negatividad, el aburrimiento, la fantasía o el vértigo a la existencia son eso, la resistencia del ego a la presencia.

• La meditación nos ayuda a comprender el mundo, a comprender el yo y sus condicionamientos para intuir que hay algo más. Nuestro yo profundo o el ser que nos habita.

• El yo lo vamos a encontrar fácilmente en la identificación con el pasado o la proyección en el futuro, algo que es absolutamente ilusorio, un pasado mal recordarlo y un futuro que habla más de nuestra insatisfacción que de los cambios reales que se producen en la vida. Es el cuento de la lechera.

• Y al ser sólo lo podemos encontrar en el momento presente porque es lo único real que está sucediendo ahora, y ahora, y ahora también.

• La meditación nos ayuda a ver lo ilusorio o insustancial del yo para despejar la realidad del ser. Cuando las nubes se van  aparece el cielo azul siempre presente.

• Ahora bien, ese tránsito es tremendamente difícil, resistencia es resistencia y el yo, muy hábil y afable para muchas cosas, se convierte en el oponente porque tiene ser desenmascarado o simplemente se siente amenazado por la disolución de la presencia.

• De qué se trata. Aprender a morir a lo ilusorio de nuestros deseos, a la ingenuidad de nuestras seguridades, a lo limitado de nuestras visiones.

• Morir y quedarse con lo esencial, el esqueleto, La médula, la fragancia de las cosas que no se pueden guardar si no percibir y dejar marchar.

• La meditación es el recuerdo permanente de nuestra mortalidad, podemos morir ahora de un infarto, mañana de una siguiente de tráfico o pasado mañana de una enfermedad grave. Vamos a morir con seguridad. Y a ese recuerdo le quitamos la gravedad, el dramatismo y lo aprovechamos para vivir con más intensidad.

• Si la vida si nos otorga como un don cada día dónde queda nuestro orgullo, nuestro egoísmo, nuestras verdades. Agradecer ese regalo para reconocer que cada momento es único y que cada relación es importante y que la vida toda es sagrada.

• La meditación es la vitamina para alimentar el valor de ser quienes somos, aunque eso no venda, no guste, no alimente tu auto imagen gloriosa

Por Julián Peragón




Seitai: Gyoki

GYOKI,

gyó, ejercer o practicar

ki, energía vital

Por tanto, ejercer el ki juntando las palmas de las manos.

Gassó, juntar las manos.

Yuki, comunicación de energía.· 

Gyoki por la columna vertebral.

Sentados sobre los talones, espiramos con fuerza por la boca para que la inspiración surja de manera natural.

A partir de aquí inspiramos desde la nuca hacia abajo por la columna vertebral. Continuamos respirando con el acento en la inspiración pues ésta lleva en sí las ganas de enderezar el cuerpo e incluso arqueandolo un poco hacia atrás. El pecho se abre y se desbloquea el cuerpo. El objetivo es el fluir del ki. El deseo es que la inspiración pueda bajar sin bloqueos hasta la base de la columna.

Gyoki por el vientre.

Sentados de la misma manera inspirar al máximo por la nariz y sacar un poco de aire (15%), entonces retener el aliento y empujarlo hacia el vientre hasta llegar a tope. Tragar saliva y quitar toda la fuerza del cuerpo y sacar el aire como si saliera por el tanden a tres centímetros del ombligo, siempre empujando el vientre hacia fuera y hacia abajo. Después soltarse y dejar que la nueva inspiración entre por sí sola.

Es importante notar que este ejercicio va en contra de lo natural en el cuerpo que es espirar con distensión, sin esfuerzo. Al espirar tensando al mismo tiempo crea una mayor intensidad, mayor tensión, que provoca seguidamente una relajación profunda.
Gassho gyoki, juntar las manos en esta práctica del ki

Sentados sobre los talones, juntar las manos a la altura de los ojos a unos tres centímetros.Poco a poco ir acercando las manos como si sostuvieran un papel muy fino. Inspirar profundamente y seguir la respiración a través de las manos imaginando que el aire sale por los dedos. Esta práctica produce un calentamiento de las manos y una sensación de vigor y calma. Se finaliza nuevamente inspirando profundamente y aflojando todo el cuerpo.


Gyoki en cadena

Todo el grupo forma una cadena cogidos de las manos, de tal manera que las palmas miran hacia arriba y la mano derecha coge suavemente la muñeca izquierda del compañero. Es una forma de ponerse en sintonía y de crear entre todos un clima de sosiego y de receptividad. Es interesante imaginar que el aire entra por la mano izquierda hasta el corazón y desde éste a la mano derecha cuando espiramos, creando esta sensación de fluir de la energía.
Autoyuki

a) en la cabeza.

Nos estiramos boca arriba con las yemas de los dedos encima de la bóveda craneal a lado y lado de la linea central. Desde ahí vamos espirando a través de los dedos como queriendo incluir la cebeza en la misma respiración.

b) en el vientre.

Lo mismo, boca arriba y con las manos en la boca del estómago, un par de centímetros por debajo del apéndice xifoideo.

c) sentado en los talones.

Las propias manos relajadas en el vientre. Dirigir la respiración a las manos

 




Vichara

 

ramana4

Ramana Maharshi proponía el método de la Autoindagación o Atma Vichara para alcanzar la Realidad Absoluta, la Autorealización, el Sí Mismo.
A través de este método el falso yo o ego se va perdiendo poco a poco, como las nubes en el cielo que se van con el viento y dejan ver el Sol, esplendoroso y todo luz, el Sol del Sí Mismo, lo que en realidad somos.
Así es como Ramana Maharshi consiguió alcanzar el estado de plenitud aespacial y atemporal del Sí mismo, el cual, a pesar de que está siempre con nosotros, está oculto por el entramado de pensamientos en el que nos perdemos una y otra vez, cada día de nuestras vidas. 
La autoindagación está fundamentada en la preguntada ¿quién soy yo?, enfocada siempre hacia lo más profundo de uno mismo. De esta manera es como si estuviésemos observando al ego en su fuente, un ego que queda así al descubierto y que, de tanto ser descubierto, acaba por irse para siempre.
El mismo Ramana nos explica en que consiste la autoindagación.

Pregunta: Usted dice que uno puede realizar el Sí mismo por una búsqueda de él. ¿Cuál es el carácter de esta búsqueda?
Ramana Maharshi: Usted es la mente o piensa que usted es la mente. La mente no es nada más que pensamientos. Detrás de cada pensamiento particular hay un pensamiento general, que es el «yo», es decir usted mismo. Llamemos a este «yo» el primer pensamiento. Aférrese a este pensamiento «yo» y pregúntele para encontrar qué es. Cuando esta pregunta prende con fuerza en usted, usted no puede pensar en otros pensamientos. 
Pregunta: Cuando hago esto y me aferro a mí mismo, es decir, al pensamiento «yo», otros pensamientos vienen y van, pero yo me digo a mí mismo «¿Quién soy yo?» y no surge ninguna respuesta. Estar en esta condición es la práctica. ¿No es así?
R.M.: Éste es un error que las gentes cometen a menudo. Lo que acontece cuando usted hace una búsqueda seria del Sí mismo es que el pensamiento «yo» desaparece y algo proveniente de las profundidades se apodera de usted, y eso no es el «yo» que comenzó la búsqueda.

Pregunta: ¿Qué es este algo?
R.M.: Eso es el Sí mismo real, el significado de «yo». No es el ego. Es el ser supremo mismo.

Pregunta: Usted ha dicho a menudo que uno debe rechazar los otros pensamientos cuando comienza la búsqueda, pero los pensamientos son inacabables. Si se rechaza un pensamiento, viene otro y parece no haber ningún fin en absoluto.
R.M.: Yo no digo que usted deba continuar rechazando los pensamientos. Aférrese a usted mismo, es decir, al pensamiento «yo». Cuando su interés le lleve a usted a esa única idea, los demás pensamientos serán rechazados automáticamente y se desvanecerán.
Pregunta: ¿Cómo debe comenzar esta práctica un principiante?
R.M.: La mente se sumergirá solo por medio de la indagación «¿Quién soy yo?». El pensamiento «¿Quién soy yo?», al destruir todos los otros pensamientos, finalmente se destruirá a sí mismo al igual que el palo usado para atizar la pira funeraria. Si surgen otros pensamientos uno debe, sin intentar completarlos, indagar «¿A quién surgen?». ¿Qué importa si surgen muchos pensamientos? En el momento mismo en que cada pensamiento surge, si uno indaga vigilantemente «¿A quién ha surgido?», se sabrá «A mí». Si uno indaga entonces «¿Quién soy yo?», la mente se volverá hacia su fuente [el Sí mismo] y el pensamiento que había surgido también se sumergirá. Practicando así repetidamente, el poder de la mente para morar en su fuente aumenta.
Mientras haya tendencias hacia los objetos de los sentidos en la mente, la indagación «¿Quién soy yo?» es necesaria. Tan pronto como surgen los pensamientos, uno debe aniquilarlos a todos ellos por medio de la indagación en su mismo lugar de origen. 
Lo mismo que un buscador de perlas, atando una piedra a su cintura, se hunde en el mar y toma la perla que yace en el fondo, así también cada uno, sumergiéndose profundamente dentro de sí mismo con el no-apego, puede alcanzar la perla de Sí mismo. Si uno recurre ininterrumpidamente al recuerdo de su propia naturaleza real hasta que obtiene el Sí mismo, eso sólo será suficiente.
Sólo indagar «¿Quién soy yo que está en esclavitud?» y conocer la propia naturaleza real de uno  es liberación. Mantener siempre la mente fijada sólo en Sí mismo es llamado «auto-indagación» [vichara]. 

Pregunta: Al indagar en el origen de los pensamientos hay una percepción de «yo». Pero no me satisface.
R.M.: Completamente justo. La percepción de «yo» está asociada con una forma, quizás el cuerpo. No debe haber nada asociado con el Sí mismo puro. El Sí mismo es la realidad pura, inasociada, en cuya luz brillan el cuerpo y el ego. Al aquietarse todos los pensamientos, la consciencia pura permanece.
Justo al despertar del sueño profundo y antes de devenir consciente del mundo hay ese puro «yo, yo». Aférrese a él sin dormir o sin permitir que los pensamientos le posean. Si eso es aferrado firmemente no importa si se ve el mundo. El veedor permanece inafectado por los fenómenos.
¿Qué es el ego? Indague. El cuerpo es insenciente y no puede decir «yo». El Sí mismo es consciencia pura y no-dual. No puede decir «yo». Nadie dice «yo» en el sueño profundo. ¿Qué es el ego entonces? Es algo intermedio entre el cuerpo inerte y el Sí mismo. No tiene ningún locus standi [ningún lugar de morada]. Si es buscado se desvanece como un fantasma. Por la noche un hombre puede imaginar que hay un fantasma cerca de él debido al juego de las sombras. Si mira más de cerca descubre que el fantasma no está realmente allí, y que lo que imaginaba que era un fantasma era meramente un árbol o un poste. Si no mira más de cerca el fantasma puede aterrorizarle. Todo lo que se requiere es mirar de cerca y el fantasma se desvanece. El fantasma nunca estuvo allí. Así ocurre también con el ego. Es un lazo intangible entre el cuerpo y la consciencia pura. No es real. Mientras uno no lo mira de cerca, continúa dando problemas. Pero cuando uno lo busca, se encuentra que no existe.
Hay otra historia que ilustra esto. En las ceremonias del matrimonio hindú las fiestas a menudo se prolongan durante cinco o seis días. En una de estas ocasiones un extraño fue tomado erróneamente como el mejor hombre por los invitados de la novia y consecuentemente le trataron con especial consideración. Viendo que se le trataba con especial consideración entre los invitados de la novia, los invitados del novio consideraron que debía ser un hombre importante emparentado con la familia de la novia y por lo tanto le mostraron también especial respeto. El extraño estuvo encantando con la situación durante un tiempo. Por otra parte, él era enteramente consciente de la situación real. En una ocasión la familia del novio quiso referirse a él sobre algún punto y de esta manera preguntaron a la familia de la novia sobre él. Inmediatamente él captó el problema y se esfumó. Así ocurre con el ego. Si se le busca, desaparece. Si no se le busca, continúa dando problemas.




Serie dinámica de pie

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Por Àlex Costa

 




Centro simbólico: Clàudia Sol

Clàudia Sol. La Bartra, julio 2015

 




Centro simbólico: Gerard Oncins

Gerard Oncins La Bartra julio 2015




Masaje Ayurveda

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Origami: cuando se dobla el papel, la mente se despierta

Inspiro y doblo una esquina del papel, espiro y aparece la patita de una pequeña rana… Cuando el papel se dobla, la mente se despierta. El Origami es un arte sencillo que solo requiere un pedazo de papel y las dos manos, activando todo el cerebro. Por Koncha Pinós-Pey para Espacio MIMIND.

origami

Origami es una palabra japonesa compuesta de dos kanjisori, que quiere decir doblar papel y kami, papel. Juntos hacen “origami”. Es una forma de arte muy antiguo transmitida de padre a hijos a través de siglos. Pájaros, animales, peces, formas geométricas, muñecos, juguetes, máscaras, casas… Desde un niño pequeño hasta una persona mayor, todos pueden aprender a hacer cualquier figura en una sola sentada.

Origen

Sabemos que el papel de pulpa se originó en China en el año 102 a. C. El papel se hizo disponible para las masas y su secreto se mantuvo en China durante cientos de años, y finalmente salió camino de Corea y Japón. Se dice que fue un monje budista el encargado de llevar este excelso secreto. Con la introducción del papel en Japón, varios de cientos de años más tarde, y coincidiendo con el desarrollo de su religión, se convirtió en parte de la vida de los japoneses. Se añadieron colores, hilos de seda y el origami tuvo rango real. Los regalos estaban decorados con pequeños noshi, y eran básicamente pequeños patrones de plegado en función del envoltorio.

En Japón, el origami se enseña en las escuelas, pero antes que el niño tenga tiempo de practicar en el aula, ya ha hecho cientos en casa. Las fiestas se decoran con origami. El día de los niños tiene el origami especial de la carpa: un pez que nada contra la corriente simbolizando la fuerza de la vida. Durante el verano es Tanabaja, la Fiesta de las estrellas; entonces hay que hacer ranitas de bambú decoradas con estrellas de origami y otras decoraciones de papel, de forma que recuerda mucho a un árbol de navidad.

Beneficios

Cuando practicas origami estás moviendo todo tu cerebro, el desarrollo de la mano y ojo coordinados, la secuenciación de habilidades, atención, paciencia, habilidades espaciales, temporales, razonamiento matemático… Las últimas investigaciones sobres arte y cerebro y la obra de Katrin Shumakov y Yuri Shumakov, reconocen al orgiami la capacidad de desarrollar y fortalecer el cerebro.

El impacto artístico en la mente del origami hace que el niño aprenda mediante el desarrollo bimanual, con la cual se estimulan los dos hemisferios del cerebro. Al cultivar la armonía entre las manos, el cerebro se forma bilateralmente. Como resultado tenemos niños capaces de maximizar su potencial de pensamiento, creando secuencias lógicas y creativas, racionales e intuitivas, analíticas y sintácticas, objetivas y subjetivas, siendo capaces de ver las dos partes y las totalidades.

Las prácticas del origami pueden ayudar a los niños a adquirir y desarrollar ciertas habilidades cognitivas como las habilidades de comprensión y las propiedades del “vacio de la mente”.

Una antigua leyenda japonesa dice que si doblas mil grullas de papel, cualquier cosa que desees se hará realidad. Algunas personas lo hacen sin duda porque es un arte, porque está completamente basado en la geometría y cada pliegue está determinado por las leyes de las matemáticas, que es una manera más de acercarse a conocer el secreto del Universo.

Se asemeja a un sistema de visión del mundo, jeroglíficos de papel simbólicos, un universo de objetos impermanentes, fenomenos simbólicos que pueden ser doblados, desdoblados y transformados en otras figuras. Ese lenguaje abstracto simbólico es absolutamente tentador para penetrar en el oscuro origen del mecanismo lingüístico de la mente. Las formas que aparecen son inusuales y a la vez son simples. Esta es la razón quizás por la que el origami es popular a nivel mundial.

Solo el cambio es constante

Este es un gran descubrimiento del budismo, y en efecto ¿qué hacemos diariamente sino desarrollar una imagen de la realidad, revelarla y expandirla, reducirla? El origami es el arte constante del cambio. Los japoneses, que pusieron su atención en las cosas frágiles y pequeñas, intentaban captar el aliento de la eternidad en ellas.

Todo empezó con un cuadrado en el 610 d. C. En el budismo el cuadrado es un reflejo del cosmos,un símbolo de la vacuidad en donde todo nace y todo muere. El papel es tratado en Japón como algo sagrado, frágil, temporal y de corta existencia. Así todas las cosas hermosas como una mariposa, una gota de rocío o el aliento son expresión de la eternidad y eso es quizás lo más importante… aprender a atraparlo

Los sacerdotes sintoístas encontraron un trabajo increíble en el origami, por ser tan puro, perfecto y plástico… cualidades que se atribuyen a los dioses. Si el papel era limpio, la relación entre el hombre y dios también lo seria. La manipulación del origami es una oración donde el papel, hijo del árbol, ha sido sacrificado de modo sagrado y su ejercicio conduce a la iluminación.

Por Koncha Pinoós-Pey




¿Por qué no celebré el día internacional del Yoga?

krishnamachary-nbGABRIEL JARABA

Profesor de yoga diplomado por la Escuela Sadhana y miembro de la Asociación Española de Practicantes de Yoga

Las Naciones Unidas decretaron que el 21 de junio, a partir de 2015, sería el Día Internacional del Yoga, para conmemorar los beneficios que la práctica psicofísica de esta tradición reporta a los seres humanos. Una iniciativa loable, que pone el yoga en un primer plano de la popularidad mundial y que hace sonreir a quienes venimos practicándolo desde hace décadas, cuando al conocer esta dedicación algunos conocidos nos preguntaban con cierto reparo si nos habíamos metido en una secta. Hoy día, en nuestro país, el yoga lo practican las señoras mayores y los jubilados en los centros cívicos municipales y los médicos lo recomiendan a quienes padecen de estrés, obesidad o hipertensión.

El Día Internacional del Yoga viene a incidir en el momento de máxima popularidad de su práctica en la mayoría de países del mundo, con lo cual no puede decirse que la instauración de la jornada sea una iniciativa pionera. La celebración llega tiempo después de que el yoga se haya convertido en una moda que arrasa en Estados Unidos y su práctica haya vivido allí unas formas de comercialización nunca vistas.

Intento de registro comercial de un patrimonio de la humanidad

Y esas formas de comercialización han tenido como consecuencia ciertas características que hacen de esa popularidad algo peculiar. Por una parte, algunos profesores destacados, precisamente quienes han obtenido grandes beneficios y notable popularidad, ofrecen al público un yoga que puede encuadrarse dentro del fitness, desprovisto de sus aspectos no ya espirituales sino de salud psicológica, y a veces bajo unas formas de exigencia física e incluso con aspectos competitivos que alejan ese nuevo yoga de sus bases, no ya tradicionales sino de por lo menos cinco décadas de práctica consolidada en muchos países del mundo.

La necesidad de formatear “productos” de yoga –propuestas de práctica codificadas– ha llevado a algunos de estos divulgadores a registrar determinadas posturas (asanas) o secuencias de ellas, como parte distintiva de sus métodos propios. Si esto es comprensible en términos comerciales, no lo es en los de propiedad intelectual e industrial: toda la práctica del yoga, en sus formas externas y en sus textos clásicos, ha sido divulgada universalmente dentro del espíritu de las humanidades, y es de dominio público. Fruto de una acumulación de saberes milenarios, nadie puede atribuirse la autoría o la exclusiva de la representación de siquiera una mínima parte del yoga. Sobre todo cuando no pocas de sus características fundamentales son compartidas, bajo otras formas culturales, por otras tradiciones de Asia externas a India.

Y aquí es donde hay que buscar el origen de la iniciativa declarada por las Naciones Unidas. El actual gobierno de la Unión India, presidido por Narendra Modi y de tendencia nacionalista, vio con gran inquietud –más que justificada– el intento de registrar asanas en la propiedad industrial estadounidense y salió al paso de esas iniciativas puntualizando que el yoga es patrimonio cultural indio. Para que su reclamación adquiriese relevancia internacional y no tuviera camino de retorno, el gobierno indio creó un ministerio del yoga, encargado de gestionar todo lo concerniente a ese patrimonio. 

Con ello, Modi no solamente evitaba una expropiación injusta de un patrimonio común; descubría el poder del soft power (el prestigio cultural capaz de influir en la opinión pública y actuar como diplomacia paralela) y lograba posicionar India. Así como el nacionalismo gaullista francés utilizaba la literatura y la cultura de su país a manera de diplomacia paralela para asegurar un prestigio puesto en peligro por la guerra de Argelia y el colonialismo, el nacionalismo indio ha conseguido proyectar una imagen exterior prestigiosa y pacífica, que de paso, por cierto, se superpone a las otras formas culturales del país centradas en el islam, el budismo, el sijismo y el jainismo, por no hablar del cristianismo al que cada vez se apuntan más miembros de la casta intocable.

Cómo llegó a occidente una tradición auténtica

Y aquí es donde uno empieza a desmarcarse del conjunto de la operación. Lo hizo ante la hipercomercialización americana del yoga: en Europa y en aquel país mismo, el yoga fue recibido e incorporado por nuevas generaciones jóvenes que buscaban en su sabiduría una nueva manera de vivir que les sirviese de alternativa a una existencia masificada conformada por el industrialismo. Ya Romain Rolland advirtió que cuando occidente se halla culturalmente exhausto mira hacia oriente en busca de inspiración. Y aquí es necesario recordar que los primeros mensajeros de India que llegaron a occidente para aportar su visión no fueron, en absoluto, nacionalistas indios, ni siquiera particularistas deseosos de imponer su modo de ver las cosas. Vivekananda fue, a finales del siglo XIX, la estrella del congreso mundial de las religiones propiciado por los unitarios y universalistas americanos. Vivekananda (que por cierto era masón, iniciado en una logia inglesa de Calcuta) presentó a América un yoga y una espiritualidad india universalistas, integradoras, abiertas y deseosas de servir a las realidades concretas de las gentes de occidentey no para que estas se ajustaran a un patrón impuesto o propuesto.

Lo mismo sucedió con la concesión del premio Nobel de literatura aRabindranath Tagore, quien marcó dos generaciones de humanistas por lo menos, tanto con su poesía como con su pedagogía. Tagore tampoco era nacionalista indio sino un regeneracionista que, con su padre y su hermano, promovieron el movimiento Brahmo Samaj de renovación espiritual. En la cima de su popularidad, Mussolini, el líder fascista italiano en el poder, trató de atraerlo a la causa del fascismo, creyendo que era un nacionalista por lo menos cultural, y Rabindranath se lo sacó de encima como pudo, posicionado siempre en la causa general de la humanidad.

Incluso Paramahansa Yogananda, el pionero divulgador de esa primera mitad del siglo XX que podemos considerar más espiritualizado, tuvo la gentileza y la inteligencia de presentar su concepto de la espiritualidad india armonizado con los parámetros cristianos estadounidenses. En su Autobiografía de un Yoguitomamos noticia de su pertenencia y fidelidad a una tradición milenaria, pero en su práctica divulgativa de una espiritualidad abierta en occidente, Yogananda se esforzó siempre por comprender el Evangelio y proponer a Jesucristo como un centro válido y posible para el establecimiento espiritual de los occidentales.

Décadas antes de que el actual gobierno nacionalista indio se tomase la molestia de reclamar el yoga para su política de soft power, la herencia de la práctica habia quedado relegada a por lo menos dos puntos del país, en mera regresión. La escuela de Risikesh, en las estribaciones del Himalaya, y la de Sri Krishnamacharcya, en el Madras tamil. Dos reductos a los que se dirigían los occidentales deseosos de aprender, mientras los naturales del país se alejaban de ellos por considerar lo que allí se enseñaba como cuentos de viejas. Hasta allí llegaron nuestros grandes pioneros divulgadores, André Van Lysbeth y Gérard Blitz. De la pasión luminosa del maestro belga y el maestro francés fueron brotando las ramas frescas del yoga que florecieron en Europa.

Yoga para las clases populares, bajo una exigencia deontológica

Van Lysbeth y Blitz aprendieron un yoga auténtico de maestros auténticos.Y, grandes pedagogos ambos, supieron adaptarlo y difundirlo en Europa para que pudiera ser adoptado por amplias capas populares como un modo concreto e inmediato de mejorar su calidad de vida. El yoga se ha difundido en nuestro continente a través de asociaciones y federaciones, que han formado generaciones de profesores capaces de poner a pie de calle una práctica del yoga auténtica, asequible y adecuada para cualquier ciudadano. Y precisamente una de las características culturales que tomó esa divulgación fue la recomendación a los profesores de que evitaran anunciarse con fotografías y carteles en los que aparecieran exhibiendo una forma física o un aspecto personal atractivos e incluso impresionantes. Se divulgaba la tradición del yoga para todos y no el prestigio de un individuo singular. Hoy día, las asociaciones y federaciones, integradas en la Unión Europea de Yoga, son garantía de una autenticidad del yoga que ni reclama ni precisa de cuño gubernamental alguno para su legitimidad, basada en la transmisión directa y auténtica.

Desde los inicios de esos tiempos pioneros, a fines de los 50 e inicios de los 60, los profesores de yoga formados se han expandido por todo el mundo por miles. Muchos de ellos han logrado una profesionalización que les permite vivir dignamente; otros no han tenido tal suerte, y no pocos concebimos esta tarea como un voluntariado formador y divulgador que puede cooperar con otras acciones de higiene salutífera y social. En Estados Unidos el yoga parece haberse convertido en un producto de consumo para sectores adinerados; en Europa es una actividad educativa popular. Los estándares formativos y deontológicos de las asociaciones aseguran una correcta acción de los profesores desde el punto de vista cívico más exigente. Personas de todas las edades y clases sociales, incluso enfermos y reclusos se benefician de la práctica.

La celebración del Día Internacional del Yoga puede proporcionar visibilidad a esa práctica cotidiana y callada del yoga popular. Incluso puede ayudar a conferirle fiabilidad ante miradas todavía recelosas. Bienvenida sea pues la jornada. Pero si algún gobierno nacional desea aliados y copartícipes para su política cultural y diplomática, que los pague. Mientras, seguiremos poniendo el yoga al servicio de la gente corriente en primer lugar y daremos la bienvenida a nuestras filas, con toda cordialidad, al primer ministro Narendra Modi, el último en llegar y el primero en ponerse al frente de la gran fotografía del nuevo yoga de masas mientras nos mantenemos discretamente en la sala de práctica abierta siempre a las señoras mayores, los ancianos, los adolescentes y los trabajadores, fuera de las miradas de quienes no deseen practicar con nosotros en un plano de igualdad. Como lo hicieron los maestros auténticos.

(Foto: Sri Krishnamacharya)