Tarot: XIII La Muerte
Sólo hay otra cosa tan inevitable como la muerte: la vida. Charles Chaplin
La muerte es segura, olvidémosla. Balzac
No querer vivir es sinónimo de no querer morir. Jung
·De la misma manera que hay un arcano sin número (el Loco) hay un arcano sin nombre (XIII). Como si fueran ambos las dos caras de una misma moneda. En un lado el deseo, la vida, en el otro la muerte.
· Si el arcano no tiene nombre será porque la muerte, esa experiencia liberadora, no puede ser expresada. Nadie sabe lo que hay al otro lado de la vida, en la otra orilla.
· La muerte avanza inexorablemente sin atenerse a nuestras razones piedosas.
· En lo primero que hemos de fijarnos es en lo que corta la muerte. La muerte corta solamente pies, manos y cabezas. Son los elementos de la persona que están en contacto con la realidad (pies), con la manipulación del mundo y sus actividades (manos), con sus ideas (cabezas) e imagen social (caras). Todo aquello que pertenecía a su viejo carácter. La muerte corta todo lo viejo, las pieles gastadas, lo que pertenece al pasado y se queda con lo esencial, con el esqueleto.
· El esqueleto significa lo que no cambia en nosotros, lo que perdura y es esencial. Nos remite a una eternidad que por momentos (la vida) está encarnada (cuerpo).
Es Hamlet quien mirando una calavera dice: ser o no ser, esa es la cuestión. Así la calavera remite más propiamente al ser profundo que permanece in eternum.
· La guadaña corta en especial esas cabezas coronadas pletóricas de poder, de engreimiento. Está sugiriendo claramente la destitución del ego como fuerza impulsora de la vida interior.
· La guadaña no es recta y penetrante como un puñal o una espada (masculino y solar), es curva como una luna, pasivo y femenino. Como si el camino de la muerte fuera un camino secreto, un camino indirecto.
También la guadaña del campesino nos habla de la cosecha, del fin de un ciclo para iniciar uno nuevo, para su renovación.
· Cuando el héroe ha madurado, cuando el Colgado ha hecho el sacrificio interno se produce una desmembración (XIII). Lo viejo ha desaparecido pero lo nuevo está por venir.
· En todo ciclo hay cambio y renovación para que la vida siga. Pero lo duro de la carta viene de la gran resitencia al cambio que tenemos. Nos da miedo cambiar nuestras costumbres. No queremos perder nada , nos atamos a todo, tememos al devenir.
·¿No será la muerte una estrategia más de la misma vida para mantener el grado de evolución y renovación necesarios?
· Mas que muerte física lo que simboliza la carta es transformación.
· También la carta nos trae el mensaje de que nada perdura, que todo es efímero.
· Tal vez detrás de todos los miedos exista un único y poderoso miedo que es el miedo a morir, miedo a dejar de ser, miedo a la nada. En un punto se muere como se vive, y tal vez la vida sea una preparación para ese acto trascendente de dejar el mundo.
· En el chamanismo se dice que la muerte está permanentemente a nuestra izquierda. Quizá nos querrá decir que el guerrero debe vivir con la presencia de la muerte como elemento de transformación. Cuando la muerte está presente no hacemos vanas concesiones.
· Por mucho que analicemos la muerte nunca sabremos cuál será nuestra reacción ante la muerte real. La muerte es inesperada, no podemos pedirle ni un minuto para reflexionar. Viene cuando viene.
· Un relato ilustra esa imprevisibilidad de la muerte:
«Un criado encontró a la muerte coronada y cubierta con una capa negra en el mercado de su ciudad y le pareció que le hacía una señal. El criado asustado le pidió prestado a su amo un caballo para huir a la ciudad de Samarra. Esa misma tarde el amo se encontró también a la Muerte en el mercado y le pregunto: ¿por qué le hicistes una señal esta mañana a mi criado?. La Muerte respondió: no fue una señal sino un signo de sorpresa. Me sorprendió ver a tu criado en Bagdad puesto que tengo una cita con él esta noche en Samarra».
· En la mitologia ese arcano nos remite a Saturno que simboliza el tiempo porque el tiempo todo lo borra. De ahí que Saturno sea el devorador de sus hijos porque devora todas sus creaciones sean cosas, seres o imperios.
Se le relaciona con Ouroboros, la serpiente que se muerde su cola.
Las parcas (parturientas), o en griego las moiras son las hijas de la noche, las diosas del destino. Se las representan como las hilanderas del hilo de la vida. La primera, Cloto, hilaba el hilo vital. La segunda, Láquesis, lo devanaba o arrollaba en la madeja; y la tercera, Átropos, lo cortaba y determinaba así el final de la vida. A veces se las representaba con un huso, un pergamino y una balanza.
La carta nos recuerda al jardinero (la Muerte) que poda el árbol para que en la primavera renazca con más fuerza.
También tenemos a Shiva, divinidad hindú que destruye a los seres sin aniquilar su esencia.
En astrología la muerte está vinculada con escorpión, el horno alquímico donde se da la verdadera transformación.
Julián Peragón