Eneagrama del amor (E7): amor galante

AMOR GALANTE

Hay quien es tan indulgente que necesita sobre todo otro amor indulgente, un amor que no aprisione, que no limite, que no exija para no sentirse exigido. En este caso uno será permisivo, amable, jovial.

Es un Amor-galante, agradable que sabe saborear, que sabe coger, disfrutar y dejar marchar. Es un amor liviano que no quiere cortapisas, que no quiere comprometerse porque hay tantas cosas (y personas) en el mundo interesantes que no quiere elegir. Lo quiere todo, todo le llama la atención, todo le intriga. Es un goloso que quiere más y más, siempre insatisfecho.

Cuando ama, ama con mucha dulzura prometiendo lo imposible, abriendo mundos indescriptibles, pero cuando quieres cogerlo se esfuma como el aire entre los dedos.

Es demasiado cómodo para aceptar las espinas del amor porque hay una confusión entre amor y placer, y hay una dificultad en asumir los obstáculos entre uno y el otro. Uno se vuelve con facilidad hedonista, proyectado en un mundo de relaciones perfecto pero irreales. Uno es un Narciso, aquel que se ama a sí mismo, que se basta con su propio universo, complejo, elaborado, erudito.

Se lo permite todo porque todavía se es el niño que no ha dejado su necesidad. Se deja ir en el amor como un juego, como una aventura exploratoria, como una novedad, hacia lo exótico, o lo remoto, o lo misterioso. Eso sí tiene el don de la palabra, de la ocurrencia, hasta embaucar a cualquiera.

 




Eneagrama del amor (E6): amor duda

AMOR DUDA

Cuando el mundo tiene es permanentemente peligroso, uno se establece en la desconfianza, y evidentemente, amor y desconfianza no se dan de la mano. El miedo lo invade todo y uno, con una actitud paranoide, teme ser engañado, humillado, controlado y sometido, la reacción no se hace esperar, autocontrol y represión. Uno va de huérfano por la vida pidiendo que alguien le haga de guía, o al contrario, uno va de salvavidas esperando encontrar almas descarriadas. Son el amor sumiso y el amor paternalista. En ambos se ha perdido la capacidad de decidir por su propia cuenta y se representa o se busca modelos fuertes de autoridad. “Si me quieres te seré fiel, si me eres fiel te querré”.

Uno sabe que puede seducir por la inofensividad, al volverse un oso cálido que busca afecto y que está diciendo “no seas agresivo conmigo”. O bien, uno atrae al proferir verdades inmaculadas que guiaran a los indecisos. Se ha perdido el verdadero amor porque uno se encuentra frente a un mundo fantasmático donde los propios demonios son depositados fuera. El amor, el cuerpo, el deseo, la espontáneidad se vuelven sospechosos y es fácil reprimir, reprimirse. Se acusa con el dedo inhiesto fuera y dentro.

En verdad se está tan inseguro ante el amor que uno se pregunta ante cualquier manifestación si será un sentimiento verdadero o una actitud justa.




Eneagrama del amor (E3): Amor imagen

AMOR IMAGEN

Hay un amor vano que ha perdido su interioridad y se ha puesto allá fuera al alcance de las miradas y de su reconocimiento. Es un amor vanidoso que ha vendido su alma por la gloria, por los aplausos. Toda la vida ensayando la mejor pose, el mejor perfil, la mejor habilidad para el amor, hasta conseguir una perfecta puesta en escena. La sabiduría de ocultar los defectos, consiguiendo aparentar, los mejores trucos de la seducción. Con ello se habrá perdido la espontaneidad, la autenticidad, porque todo está ensayado de antemano. Tanto estar fuera de si que uno se vuelve superficial, casi de plástico, un superhombre sexual que se olvida de su propio goce, una mujer “neumática del Mundo Feliz”.

Es que el propio interior se vive tan impresentable que se busca la validación a través de la mirada del otro. Es la esclavitud de la propia imagen. Se confunde los sentimientos imaginados con la realidad.

Cuando se va colgado del brazo del otro, se va en realidad con la posición social que ocupa, con el nombre que representa porque el amor no es un juego. El dominio de la situación, el control sobre si mismo se impone. El brillo es lo único que cuenta. Aunque cuando uno se siente frustrado, herido en su autoestima tiende a adoptar una actitud acusatoria como una víctima que se revuelve agresiva.

Duda del amor de los demás porque ¿no será posible que sea fruto de su habilidad seductora?.




Eneagrama del amor (E1): Amor superior

AMOR SUPERIOR

Hay un amor intransigente con el otro y consigo mismo. Es un amor constituído por buenas intenciones, excelentes razones, perfectos detalles pero que, sin embargo, le falta emoción, vida. Está tan en la cabeza que no se puede dejar fluir, por miedo al descontrol, por miedo a que el amor sea más que una gran idea.

La idea del bien y del mal, de lo que está y no está bien, la moral de las cosas y el mismo amor están tan fijados que ya no habrá tregua para el verdadero amor. Será un amor superior, perfecto, sin mácula. Será un amor exigente, controlador sobre el otro que sufrirá una agresión permanente travestida en «lo hago por tu bien», pero la crítica constante, la observación impotentizadora, la desvalorización de los actos sobre el amado secará las fuentes de la espontaneidad y del mismo amor.

El «yo quiero» lícito en el amor se transforma en un «tú debes», una moral que lo tapa todo, que no aprueba nada. No se permite ni los deseos del otro ni los propios. Es tan grande el amor que los deseos egoístas no tienen cabida. Es una ira subterránea que mina cualquier posibilidad de crecimiento porque uno ha sido anteriormente castrado en lo más íntimo.




Eneagrama del amor (E8): Contra amor

CONTRA AMOR

Hay un amor que considera al sexo opuesto como un enemigo y en su relación sólo quiere salir ganando. Es el Don Juan lujurioso que identifica sexo con amor. Un amor que invade, que explota, que abusa, un amor que dura lo que dura el contacto, que es terriblemente concreto y que se da la vuelta porque no quiere compromisos ni dependencias. Ahora bien, exige al otro sometimiento y cínicamente lo pone a prueba pidiéndole lo imposible, desequilibrándolo, en situaciones dolorosa, aún denigrantes, como muestras de sinceridad de su amor.

Va de duro por la vida, arrasando, tomándose la justicia por su mano. El mundo es cruel e injusto y uno no puede tener ni un mínimo de dulzura ni de debilidad. Es más fácil vivir el amor en lo erótico, haciendo una «compra» del objeto amoroso, llegar como el héroe que ha ganado batallas múltiples y que exige su merecido descanso amoroso. Es un amor sádico, un contra-amor, un amor a si mismo ante todas las cosas, de su autonomía y de su libertad.

En esa insaciabilidad avasalladora que busca poder, placer, ventaja, sometimiento no deja espacio para sacar su gran necesidad interna, ese niño interior que nunca le dejaron ser niño, que no sintió el amor, y que rápidamente se convirtió en un adolescente despótico y violento.

Duda del amor de cualquiera y por eso no lo toma en serio, lo desvirtúa y lo ridiculiza. Sólo siente admiración por modelos más fuertes que él o ella.




Eneagrama del amor (E4): amor odio

AMOR ODIO

Hay quien se vuelve adicto al amor. Se le da tanta importancia , se pone tanta intensidad, pasión, drama que se llega a extremos límites de frustración o autoagresión. La adicción viene de esa dependencia e insaciabilidad nunca colmada.

Hay tanto exceso en el amor que el otro pasa a ser devorado, anulado tras la voracidad. Es una envidia profunda que vuelve el amor una enfermedad. Cuando uno tiene una imagen de si mismo oscura, cuando las raíces son inseguras, cuando las carencias son tantas uno conoce su ansiedad por el otro y anticipa el rechazo. Uno está todo el tiempo viendo su carencia, su falta y por tanto se cree una «mierda», se desvaloriza, se rechaza, «se tira de los pelos». Envidia a los demás pero establece un vínculo de amor-odio difícil de romper.

Pero la ansiedad sigue estando y para calmarla uno tiene que volver las relaciones especiales, únicas, donde todo el tiempo se reclama amor e intensidad, perfección, exaltamiento. Puede ser la mujer fatal que destila una sutil venganza en el amor, o el romántico que se enferma de amor, o el masoquista que exorciza una culpa muy profunda. Se establece un rol de víctima que acompaña un chantaje emocional, la seducción a través de la debilidad y de la necesidad.

El círculo se vuelve vicioso porque en el amor uno hace de espejo del otro, «si tu me quieres a mí que soy lo peor, ¿qué personas serás tú?.» Uno no se siente merecedor del amor de otro porque hay mucha culpa, mucho odio y mucho dolor.




Eneagrama del amor (E2): amor pasión

AMOR PASIÓN

El Amor-pasión es un amor de película que no puede vivir sin enamoramiento. Su despliegue amoroso es como un pavoneo seductor que va con el pecho fuera, en el caso del hombre como conquistador. Es el Casanova que no puede encontrar el verdadero amor pues el placer de la aventura consiste en la conquista por la conquista, como si detrás de cada mujer real esperara encontrar el ideal que lógicamente no encuentra. Pero también es la princesita, niña mimada que espera que el amor sea un lecho de rosas.

Este amor es una amor inestable y superficial con reacciones intensas y un tanto histriónico. Cuando no, se muestra demasiado celoso, invasor o irresponsable. Pero no, no puede aceptar las críticas, no puede deshacer su autoimagen esplendorosa del que da, del que es generoso, increíblemente superior en las artes del amor.

Sin embargo detrás de esta generosidad hay un pozo sin fondo, una sed insaciable que no se calma más que en la compulsión de la seducción constante. Puede ser la madre que da y da sobreprotegiendo e impidiendo el crecimiento del hijo, o del vampiro que mantiene a su víctima indefensa, del gran amante que impotentiza.

En el fondo es la incapacidad de asumir las propias necesidades que se ocultan proyectándolas fuera, dando una imagen excesivamente completa de si mismo, sin carencias, sin fisuras, sin dudas.