Se trata de plantar una semilla al inicio de cada postura como propósito consciente que puede dar fruto. No es tanto un pensar intelectualmente acerca del concepto propuesto sino un sentir desde dentro, así como sentir el coraje o la dignidad y no tanto sus implicaciones filosóficas. Sólo un momento de reposo para comprender que el sabio o la sabia que llevamos dentro vibra secretamente con cada una de estas cualidades. Las posturas tienen una relación directa o indirecta con ellas, pero en todo caso nos ayudan a sentirlas más con todo nuestro cuerpo y con nuestra respiración. Buen viaje
DISPONIBILIDAD
disponibilidad significa estar presente en cuerpo y alma. Comprender que la práctica es un viaje de transformación que sólo podemos recorrer nosotros con nuestro equilibrado esfuerzo buscando calma y claridad.
• A través de Samasthiti
ACEPTACIÓN
una de la lecciones más difíciles es aceptar nuestra realidad, reconocer nuestros límites. Aceptar que estamos en este preciso punto, ni más ni menos, pero también ni mejor ni peor que otro, porque nuestra verdad es un proceso que se despliega paso a paso. Y es un proceso único.
• A través de Uttanâsana + Padangustâsana
EQUILIBRIO
Ante la complejidad del mundo externo pero también del interno necesitamos cultivar el equilibrio, la armonía entre las partes y el todo, entre lo interno y lo externo, entre lo social y lo individual, entre lo masculino y lo femenino que existen en nosotros.
Este equilibrio lo conseguimos cuando desnudamos la realidad sin asustarnos y no le añadimos nuestro miedo o fantasía, cuando convertimos lo complejo en simple, cuando pisamos levemente el planeta.
• A través de Vrkâsana + Natarajâsana
RESISTENCIA
las circunstancias nos vapulean y nos mueven a su antojo pero la fuerza interna nos ayuda a resistir contra el viento. Hay que capear las situaciones traumáticas, desmitificar el deseo, cuestionar la tentación, desenredar los problemas, revisar nuestras inercias. Para conseguir el equilibrio preciado hay que trabajar los dos polos, la flexibilidad pero también la resistencia.
• A través de Virabhadràsana I y II + Parsvakonâsana
ENRAIZAMIENTO
la resistencia no siempre es enraizamiento. Convertirse en raíz es abandonar la fama de la flor y ahondar en nuestra realidad oculta, esa que nos sostiene y que también nos alimenta. Enraizar es aterrizar todo lo que pulula en la fantasía y convertirlo en acto, darle cuerpo y realidad.
• A través de Utkatâsana + Malâsana
APERTURA
la apertura nace de la comprensión de que llevamos unas anteojeras a los lados que nos impiden tener una visión amplia del horizonte. Se trata de abrir la ventana vital de par en par pero sin prejuicios, sin quedar lastrados por nuestras supersticiones o por una visión introyectada no revisada. Apertura es estar dispuesto a que lo diferente entre en nosotros como una riqueza y no como una amenaza.
• A través de Parsva Uttanâsana + Trikonâsana + Parivrtti Trikonâsana
HUMILDAD
El orgullo ensombrece todo lo que encuentra a su paso porque en la comparativa desleal siempre salimos ganando. Inflados de nosotros mismos nos olvidamos que somos un grano de arena en medio del universo y nos olvidamos que somos seres incompletos y necesitados. Sólo nos podemos asombrar ante el misterio de la existencia cuando ocupamos nuestra posición real, cuando sabiendo que somos una gota de agua sabemos que la esencia del océano está en nuestro interior.
• A través de Balâsana + Utthita Balâsana
ESCUCHA
Aunque la imaginación abre caminos a la experiencia, es la escucha la que realmente encuentra lo que hay. Escuchar no es solamente rastrear y obtener datos, la escucha es reconocer que lo que hay no tiene otra opción que existir y por eso precisamente es importante. Escuchar no es imponer, tampoco es clasificar, es desvelar amorosamente lo que te rodea.
• A través de Vajrâsana + Virâsana + Supta Virâsana
CORAJE
Vivir con el miedo pisándonos los talones es un sinvivir. La vida atraviesa siempre territorios ignotos, experiencias sorprendentes, reveses y sorpresas, la vida, por tanto, requiere asumir un riesgo. Sin negar el miedo, que grandes virtudes tiene, pero tampoco sin paralizarnos, el coraje es el impulso de lo nuevo y los cimientos de lo extraordinario.
• A través de Salamba Sirsâsana
SENCILLEZ
Debemos abarcar la complejidad y simultáneamente hacerla sencilla para poder habitar un universo extraño y sentirnos como en casa. La sencillez es una cualidad sabia porque evita toda ostentación y porque denigra el artificio del ego. A menudo lo sencillo es ir a favor de la corriente, lo que dicta el sentido común.
• A través de Dvipada Pitham
IMPERMANENCIA
la vida es una rueda donde todo gira sin parar, la existencia se vierte en un flujo continuo que nadie puede detener. La realidad de la impermanencia nos lleva a valorar el momento presente como aquello único e irrepetible que tiene extraordinario valor. Sólo ese eterno ahora nos sirve de puerta de entrada a la transformación.
• A través de Viparita Karani + Sarvangâsana + Niralamba Sarvangâsana
INTERIORIZACIÓN
Ir de fuera hacia dentro, para después ir de dentro hacia arriba. Es necesario salir del laberinto del mundo con su dispersión y enfocar nuestro interior para descubrir viejos tesoros. En realidad no hay nada fuera que no esté en forma manifiesta o larvada dentro. Somos un reflejo. La mejor manera de no perderse fuera es encontrarse dentro y para ello tenemos que dominar el arte de la interiorización, quedarse quieto y en silencio, amordazar momentáneamente los sentidos y recogerse en lo vivido.
• A través de Karnapidâsana + Halâsana
FLEXIBILIDAD
Aquella templanza de la que hablábamos necesitaba de esta flexibilidad. Ser flexible en cuerpo es relativamente fácil pero flexibilizar posturas internas, razones grandilocuentes es tremendamente difícil. En definitiva es el ego el que se tiene que doblegar, su ira y su orgullo. Flexibilizarse es admitir de entrada que hay otras perspectivas desde dónde mirar y que está bien visitarlas.
• A través de Dandâsana + Pashcimatanâsana
INTENSIDAD
Vivir sin intensidad es como comer sin sal o como viajar sin salir del autocar. Si bajamos el potenciómetro de la vida al mínimo para no gastar nos encontraremos una vida a medias. Sin intensidad, la justa no la desmedida, el equilibrio de nuestras fuerzas va de la mano de nuestro pensar y nos olvidamos del sentir. La intensidad nos da ese plus de energía para quemar en el fuego alquímico todas nuestra impurezas y dar un salto a la transformación.
• A través de Navâsana
DIGNIDAD
Cultivar la dignidad es sacar pecho y decir aquí estoy, porque sin dignidad uno acepta lo inaceptable y se conforma, resignado, con cualquier cosa. La dignidad nos da un empujón hacia la autoestima y nos coloca presentes en nuestro proyecto vital. Porque más allá de nuestros errores nunca dejamos de pertenecer al proyecto humano.
• A través de Godhaphitam + Bhujangâsana
ECUANIMIDAD
A menudo tomamos partido por uno de nuestros extremos impulsados por nuestras corrientes emocionales o cognitivas, no nos damos cuenta que somos también mente y cuerpo, razón y sentimiento, materia y espíritu. Nos cuesta unir los dos extremos de nuestro horizonte y por pereza o dificultad sólo miramos en una dirección. Aprendemos a ser ecuánimes cuando sopesamos en una y otra balanza los pros y las contras, las luces y las sombras, entonces internamente nos ampliamos y somos más libres.
• A través de Ardha Matsyendrâsana
CONEXIÓN
No funciona el aparato hasta que lo enchufamos a la red, no funciona tampoco nuestra vida hasta que nos conectamos a una fuente mayor. No se trata de una conexión inventada, que hay de muchos tipos, sino una real. Somos un canal entre el cielo y la tierra, somos una matriz de vida para alumbrar nueva vida más conscientes. El río permanece conectado a su fuente, de ella brota la sabia que lo alimenta hasta su muerte en la desembocadura. Sentirse conectado es importante para saber nuestro lugar en el mundo, para comprobar como la vida se despliega inteligentemente, como el revés de nuestros actos se conforma en un destino ejemplificador y como en esa conexión desaparece un yo y un tú para ampliarnos hasta un nosotros y un todo.
• A través de Sukâsana + Siddhâsana + Ardha Padmâsana
Por Julián Peragón