Oración gestual

1

PUNTO DE PARTIDA

espiración

Jñana mudra
Gesto de la conciencia

2

INOCENCIA

Parto desde mi corazón,
de mi deseo de caminar
y mi anhelo de crecimiento

 inspiración

Shank mudra
Interiorización

3

APERTURA

Me abro hacia el mundo,
más allá de mis pequeños límites,
con total confianza

 espiración

Brazos extendidos
y manos hacia arriba

Apertura

4

TRASCENDENCIA

Conecto con lo más alto,
con mis verdaderas raíces,
donde está mi cielo espiritual

inspiración


Uttarabodhi mudra
mudra de la gran iluminación

5

INTEGRACIÓN

A través de mi eje vital,
integro lo espiritual en mi cuerpo,
vuelvo a la fuente de la energía

 espiración

Shivalinga
Integración y fuerza

6

CORAJE

En mi vientre y mi respiración,
dominando mis miedos,
reconozco mi poder personal

inspiración

Ganesha mudra
Superar los obstáculos

7

ENTREGA

Hago una ofrenda a lo divino,
sacrifico mi falso yo
para reencontrarme e Mí mismo

espiración

Mudra del Loto
pureza y sabiduría

8

ILUMINACIÓN

Con desapego y ecuanimidad,
mantengo una visión penetrante,
me abro a la comprensión

Dedos tocando el entrecejo

9

PAZ

Busco el camino de la serenidad,
hacia la paz interna
para disolver todo conflicto

espiración

Shanti mudra
Paz

10

AMOR

Abrazo al Todo,
en total interdependencia,
pues Yo soy lo inabarcable

inspiración

Gesto del abrazo al árbol

11

HUMILDAD

Me pliego en señal de fe,
mi corazón es un cruce de caminos,
con amor todo se transforma

espiración

Cruzando los brazos en el pecho

12

FUERZA

Utilizo la fuerza sin esfuerzo …

inspiración

Torsión a la derecha

13

ACCIÓN

… para que mi acción sea esencial,
simple y meditada

espiración

Abhaya mudra
Gesto de protección

14

ESCUCHA

De la escucha profunda de lo real …

inspiración

(Torsión a la izquierda)

15

SENSIBILIDAD

… para cuidar la misma vida

espiración

Varada mudra
mudra de la misericordia

16

CONEXIÓN

Vuelvo a mi corazón,
donde todo tiene cabida,
danzo con la realidad

inspiración

Atmanjali mudra
Unidad y oración

17

ABANDONO

Me entrego al misterio
de la vida y la muerte,
nada me pertenece

espiración

Pushtaputa mudra
Apertura y disponibilidad

Por Julián Peragón

 

 

 




Calentamiento meditación I

1. Calentamiento pies y piernas. Hacer rotaciones y flexiones del tobillo. Intercalados y sacudir.

2. Calentamiento rodillas. Movimiento alternado estirando las piernas.

3. Torsión suave. Sincronización piernas y tronco.

4. Inclinación lateral. Sentarse en un lado mientras la inclinación lateral se realiza hacia el lado opuesto.

5. Torsión. Girar primero el tronco y después la cadera.

6. Giro. En postura sencilla con las piernas cruzadas flexionar el tronco en giro de una rodilla a otra parando a la vertical.

7. Cadera. Hacer una flexión intensa de cadera con una cierta abducción.

8. Aductores. Presionar las rodillas hacia el suelo haciendo un vaivén.

9. Flexión y torsión. 

10. Medio loto. Flexionar suavemente.

11. Proyección. Espalda y cervicales.

12. Meditación. Sentir la estabilidad y el centramiento de la postura.

Por Julián Peragón




Serie de Yoga de Actitudes-semillas

 

Se trata de plantar una semilla al inicio de cada postura como propósito consciente que puede dar fruto. No es tanto un pensar intelectualmente acerca del concepto propuesto sino un sentir desde dentro, así como sentir el coraje o la dignidad y no tanto sus implicaciones filosóficas. Sólo un momento de reposo para comprender que el sabio o la sabia que llevamos dentro vibra secretamente con cada una de estas cualidades. Las posturas tienen una relación directa o indirecta con ellas, pero en todo caso nos ayudan a sentirlas más con todo nuestro cuerpo y con nuestra respiración. Buen viaje

DISPONIBILIDAD

disponibilidad significa estar presente en cuerpo y alma. Comprender que la práctica es un viaje de transformación que sólo podemos recorrer nosotros con nuestro equilibrado esfuerzo buscando calma y claridad.

• A través de Samasthiti

 

ACEPTACIÓN

una de la lecciones más difíciles es aceptar nuestra realidad, reconocer nuestros límites. Aceptar que estamos en este preciso punto, ni más ni menos, pero también ni mejor ni peor que otro, porque nuestra verdad es un proceso que se despliega paso a paso. Y es un proceso único.

• A través de Uttanâsana + Padangustâsana

 

EQUILIBRIO

Ante la complejidad del mundo externo pero también del interno necesitamos cultivar el equilibrio, la armonía entre las partes y el todo, entre lo interno y lo externo, entre lo social y lo individual, entre lo masculino y lo femenino que existen en nosotros.

Este equilibrio lo conseguimos cuando desnudamos la realidad sin asustarnos y no le añadimos nuestro miedo o fantasía, cuando convertimos lo complejo en simple, cuando pisamos levemente el planeta.

• A través de Vrkâsana + Natarajâsana

 

RESISTENCIA

las circunstancias nos vapulean y nos mueven a su antojo pero la fuerza interna nos ayuda a resistir contra el viento. Hay que capear las situaciones traumáticas, desmitificar el deseo, cuestionar la tentación, desenredar los problemas, revisar nuestras inercias. Para conseguir el equilibrio preciado hay que trabajar los dos polos, la flexibilidad pero también la resistencia.

• A través de Virabhadràsana I y II + Parsvakonâsana

 

ENRAIZAMIENTO

la resistencia no siempre es enraizamiento. Convertirse en raíz es abandonar la fama de la flor y ahondar en nuestra realidad oculta, esa que nos sostiene y que también nos alimenta. Enraizar es aterrizar todo lo que pulula en la fantasía y convertirlo en acto, darle cuerpo y realidad.

• A través de Utkatâsana + Malâsana

 

APERTURA

la apertura nace de la comprensión de que llevamos unas anteojeras a los lados que nos impiden tener una visión amplia del horizonte. Se trata de abrir la ventana vital de par en par pero sin prejuicios, sin quedar lastrados por nuestras supersticiones o por una visión introyectada no revisada. Apertura es estar dispuesto a que lo diferente entre en nosotros como una riqueza y no como una amenaza.

• A través de Parsva Uttanâsana + Trikonâsana + Parivrtti Trikonâsana

 

HUMILDAD

El orgullo ensombrece todo lo que encuentra a su paso porque en la comparativa desleal siempre salimos ganando. Inflados de nosotros mismos nos olvidamos que somos un grano de arena en medio del universo y nos olvidamos que somos seres incompletos y necesitados. Sólo nos podemos asombrar ante el misterio de la existencia cuando ocupamos nuestra posición real, cuando sabiendo que somos una gota de agua sabemos que la esencia del océano está en nuestro interior.

• A través de Balâsana + Utthita Balâsana

 

ESCUCHA

Aunque la imaginación abre caminos a la experiencia, es la escucha la que realmente encuentra lo que hay. Escuchar no es solamente rastrear y obtener datos, la escucha es reconocer que lo que hay no tiene otra opción que existir y por eso precisamente es importante. Escuchar no es imponer, tampoco es clasificar, es desvelar amorosamente lo que te rodea.

• A través de Vajrâsana + Virâsana + Supta Virâsana

 

CORAJE

Vivir con el miedo pisándonos los talones es un sinvivir. La vida atraviesa siempre territorios ignotos, experiencias sorprendentes, reveses y sorpresas, la vida, por tanto, requiere asumir un riesgo. Sin negar el miedo, que grandes virtudes tiene, pero tampoco sin paralizarnos, el coraje es el impulso de lo nuevo y los cimientos de lo extraordinario.

• A través de Salamba Sirsâsana

 

SENCILLEZ

Debemos abarcar la complejidad y simultáneamente hacerla sencilla para poder habitar un universo extraño y sentirnos como en casa. La sencillez es una cualidad sabia porque evita toda ostentación y porque denigra el artificio del ego. A menudo lo sencillo es ir a favor de la corriente, lo que dicta el sentido común.

• A través de Dvipada Pitham

 

IMPERMANENCIA

la vida es una rueda donde todo gira sin parar, la existencia se vierte en un flujo continuo que nadie puede detener. La realidad de la impermanencia nos lleva a valorar el momento presente como aquello único e irrepetible que tiene extraordinario valor. Sólo ese eterno ahora nos sirve de puerta de entrada a la transformación.

• A través de Viparita Karani + Sarvangâsana + Niralamba Sarvangâsana

 

INTERIORIZACIÓN

Ir de fuera hacia dentro, para después ir de dentro hacia arriba. Es necesario salir del laberinto del mundo con su dispersión y enfocar nuestro interior para descubrir viejos tesoros. En realidad no hay nada fuera que no esté en forma manifiesta o larvada dentro. Somos un reflejo. La mejor manera de no perderse fuera es encontrarse dentro y para ello tenemos que dominar el arte de la interiorización, quedarse quieto y en silencio, amordazar momentáneamente los sentidos y recogerse en lo vivido.

• A través de Karnapidâsana + Halâsana

 

FLEXIBILIDAD

Aquella templanza de la que hablábamos necesitaba de esta flexibilidad. Ser flexible en cuerpo es relativamente fácil pero flexibilizar posturas internas, razones grandilocuentes es tremendamente difícil. En definitiva es el ego el que se tiene que doblegar, su ira y su orgullo. Flexibilizarse es admitir de entrada que hay otras perspectivas desde dónde mirar y que está bien visitarlas.

• A través de Dandâsana + Pashcimatanâsana

 

INTENSIDAD

Vivir sin intensidad es como comer sin sal o como viajar sin salir del autocar. Si bajamos el potenciómetro de la vida al mínimo para no gastar nos encontraremos una vida a medias. Sin intensidad, la justa no la desmedida, el equilibrio de nuestras fuerzas va de la mano de nuestro pensar y nos olvidamos del sentir. La intensidad nos da ese plus de energía para quemar en el fuego alquímico todas nuestra impurezas y dar un salto a la transformación.

• A través de Navâsana

 

DIGNIDAD

Cultivar la dignidad es sacar pecho y decir aquí estoy, porque sin dignidad uno acepta lo inaceptable y se conforma, resignado, con cualquier cosa. La dignidad nos da un empujón hacia la autoestima y nos coloca presentes en nuestro proyecto vital. Porque más allá de nuestros errores nunca dejamos de pertenecer al proyecto humano.

• A través de Godhaphitam + Bhujangâsana 

 

ECUANIMIDAD

A menudo tomamos partido por uno de nuestros extremos impulsados por nuestras corrientes emocionales o cognitivas, no nos damos cuenta que somos también mente y cuerpo, razón y sentimiento, materia y espíritu. Nos cuesta unir los dos extremos de nuestro horizonte y por pereza o dificultad sólo miramos en una dirección. Aprendemos a ser ecuánimes cuando sopesamos en una y otra balanza los pros y las contras, las luces y las sombras, entonces internamente nos ampliamos y somos más libres.

• A través de Ardha Matsyendrâsana

 

CONEXIÓN

No funciona el aparato hasta que lo enchufamos a la red, no funciona tampoco nuestra vida hasta que nos conectamos a una fuente mayor. No se trata de una conexión inventada, que hay de muchos tipos, sino una real. Somos un canal entre el cielo y la tierra, somos una matriz de vida para alumbrar nueva vida más conscientes. El río permanece conectado a su fuente, de ella brota la sabia que lo alimenta hasta su muerte en la desembocadura. Sentirse conectado es importante para saber nuestro lugar en el mundo, para comprobar como la vida se despliega inteligentemente, como el revés de nuestros actos se conforma en un destino ejemplificador y como en esa conexión desaparece un yo y un tú para ampliarnos hasta un nosotros y un todo.

• A través de Sukâsana + Siddhâsana + Ardha Padmâsana

 

Por Julián Peragón

 




El Yoga esencial

Todos sabemos que el yoga es un estado de unión que implica una sincronía con la vida y una conexión con el todo que nos rodea, pero también, no lo olvidemos, es el camino que recorremos para llegar a ese estado de unión. En el yoga cada paso es un medio para ese objetivo supremo pero también es un fin en sí mismo. El viaje se hace paso a paso, cada pequeño objetivo que nos planteamos en la práctica del yoga forma parte del proceso. Todo cuenta.


Poder manejar mejor las tensiones de la vida, aprender a relajarse, volver la respiración más amplia y silenciosa, sentirse más seguro y ágil en el propio cuerpo, cultivar la atención, ser más ecuánime en nuestro mundo emocional, ganar serenidad mental, estar despiertos con energía y curiosos ante la vida, etc son pequeños (o grandes) objetivos que el yoga puede facilitar. Pequeños ítems de un gran camino.

Sin embargo, no todo es terapia en el yoga. Necesitamos estar sanos y ganar en vigor (flexibilidad y fortaleza) pero necesitamos también comprendernos mejor. Especialmente el yoga es un medio de indagación. Nos preguntamos ¿Quién soy yo?, en lo interior y subjetivo, y nos preguntamos ¿Qué es esto?, en lo exterior y objetivo. Hacemos estas preguntas porque el yoga no es sólo conseguir calma, es también encontrar la claridad necesaria para vivir.

Cuando practicamos âsana experimentamos un aspecto exterior muy terapéutico. Buscamos fuerza, equilibrio, flexibilidad, alineación, entre otros. Ahora bien, hay otro aspecto, digamos más íntimo de la postura, que a veces despreciamos. La postura se manifiesta como un espejo donde poder entender algo de mí, algo de la vida.

Nuestra hipótesis es que el cuerpo es un todo con la mente y que está impregnado de psiquismo pues somatiza nuestras tensiones internas. En esta dimensión interior de la postura lo primero que hacemos es ESCUCHAR y esa escucha de tensiones, de acortamientos, de bloqueos respiratorios, etc nos habla en realidad de nuestra relación con la vida. El segundo elemento es el RESPETO por nuestro cuerpo y por sus limitaciones. Intentamos no comparar, no competir, no forzar puesto que no hay nada que demostrar ya que siempre estamos en el punto que estamos y esa es nuestra realidad, no otra. El tercer elemento es el DIÁLOGO con los límites. Los límites del cuerpo son los límites de la realidad. No se trata de forzarlos ni de sucumbir ante ellos. No se trata de mirar hacia otro lado o salir huyendo, se trata principalmente de estar frente a ellos de forma tranquila, respirando, relajando, comprobando, esa es la maravilla, que esos limites son móviles y que se disuelven poco a poco hasta encontrar el tono justo necesario para el acto de vivir. Entonces pasamos a SACRALIZAR la vida, esa vida presente en cada cuerpo. Y es a través de cada postura que percibimos esa dimensión sagrada, percibimos la forma y la energía, el movimiento y la quietud. Por último, la postura nos lleva a aterrizar en el PRESENTE desde una aceptación, desde el no juicio.

Hemos de entender que la postura tira de la respiración ampliándola que a su vez tira de la mente calmándola que a su vez, en una cadena imparable, se abre a la conciencia. Y eso es lo que buscamos cuando practicamos yoga, una elevación de la conciencia. En esta actitud femenina ante la postura a menudo es más importante el no hacer que el hacer desde una imposición. El maestro Patañjali recordaba en cuanto a la postura que se trata de disolver las tensiones para la realización del infinito. Volvemos a recordar que yoga es unión, sincronía, coordinación, influencia e integración. El yoga es dejar de estar separado y escindido de todo lo que nos sostiene, nos nutre y nos rodea.

A menudo hacemos el yoga desde el ego. No es un ego cualquiera sino un ego muy sutil, un ego «espiritual», pero como ego sigue estando pendiente de cómo los demás nos ven, pendientes de una crítica favorable. Entonces hemos de recordar que el yoga es un camino individual. Es un proceso único, original e incomparable y sólo lo podemos recorrer desde la escucha y la sinceridad, desde la humildad y el coraje.

Lo verdaderamente importante es desactivar los mecanismos neuróticos que nos llevan al sufrimiento. El yoga nos recuerda para ello que somos el Ser. Somos el ser interior, el alma o espíritu que nos habita, y el cuerpo o la mente son instrumentos maravillosos de la evolución que nos permiten expresar con intensidad esa conciencia que somos.

El yoga nos recuerda también que para mirarnos en ese espejo del que hablábamos tenemos que quitarle el polvo. El yoga es un proceso progresivo de purificación y centramiento para que la luz de la conciencia brille con todo su esplendor.

Con la práctica tenemos dos lecciones: aprender a estar en el cuerpo sentido, no en la imagen corporal, y permitirnos sentir y gozar. Es la asignatura del placer que a menudo se niega en la vía austera y de ascesis del yoga. Está claro que la otra vía es la vía del dolor. No tanto en un regodearse en el límite de nuestras fuerzas y de soportar el dolor, más bien todo lo contrario, en la posibilidad de quitarle el peso excesivo de lo emocional, aprender a no rechazarlo o temerlo para que adquiera su propia dimensión. Sabemos que el dolor está implícito en la vida pero podemos aprovecharlo como estímulo para la liberación. Nada que ver con una vía masoquista, al contrario, manejar el dolor sin asustarse, esto es, con ecuanimidad.

A menudo en la práctica estamos luchando con la postura y es en esta lucha donde se genera resistencia. No se trata de sostener la postura como de ser uno con la misma postura, vivirla desde dentro. Entonces los límites que parecían inamovibles se expanden.

No necesitamos posturas complicadas para encontrar la intensidad necesaria para el desbloqueo, la presencia y la transformación, nos basta con tener tiempo. Tiempo necesario en cada postura para hacer nuestro proceso, para vivir la postura, para encontrar nuestros limites y empezar a disolverlos, y también respetarlos.

Siempre empezamos con una escucha y esa escucha ya nos marca la siguiente postura que reforzará o compensará la postura anterior, o quitará tensión, o nos ayudará a conquistar nuestro objetivo. También utilizamos la visualización antes de ejecutar una postura para activar nuestra memoria postural, desde aquí hacemos la postura siguiendo el camino del mínimo esfuerzo, de la máxima armonía. Una vez en ella nos permitimos un tiempo de ajuste para estabilizarla y a partir de aquí la vivimos en plenitud. En esta vivencia también hay escucha de cómo está actuando la postura, los estiramientos corporales, el metabolismo energético, el trasfondo emocional, el contenido mental, y sobre todo la conciencia de la respiración. Buscamos el equilibrio, la estabilidad, la calma, el silencio, la presencia; la sensibilización. Buscamos todo esto pero también intentamos ir más allá trascendiendo la misma postura hacia una indagación de uno mismo y un refrescante contacto con el ser. En definitiva, la postura como un trampolín de una conciencia acrecentada. La postura volverá a reclamarnos cuando los límites se hagan presentes: inestabilidad de la postura, acortamiento de la respiración, cansancio o pérdida de la concentración. A partir de aquí se inicia el descenso, deshacemos la postura paso a paso hasta volver a una escucha donde primero recogemos los frutos del trabajo realizado y, segundo, comprendemos mejor desde la escucha el siguiente paso (postura) que hemos de realizar.

El yoga nos habla de la vida, no podría ser de otro modo. Una semilla necesita tiempo para florecer. El proceso del yoga es largo y hay que caminar sin ansiedad ni pretensiones. Cada serie debería ser un ritual, un espacio privilegiado para conectar con la dimensión sagrada, una celebración del acto de vivir, una conexión entre cuerpo, mente y espíritu. En la misma práctica la frontera es muy sutil, casi inadvertible, o la postura acrecienta nuestra importancia personal o la disuelve. Como siempre, depende de nuestra actitud. Lo decía el principito: «lo esencial es invisible a los ojos».

Julián Peragón

 




Eneagrama, bibliografía

Siempre dije que el Eneagrama no se puede aprender con los libros, como la mayoría de cosas, porque es un arte de la observación y necesitas vivirlo en propia carne como hice con Claudio Naranjo hace ya muchos años. Sin embargo, los libros ayudan a poner orden y a dar matices, ayudan, por así decir, a dar luz a la vida vivida, a certificar aquellas intuiciones que uno va adquiriendo. Pero es mejor no empacharse de ellos.

El primero que yo leí fue, lógicamente, Carácter y neurosis de Claudio Naranjo, editorial La Llave. Es un libro referencial y profundo, erudito y difícil, y me sirvió para rellenar los apuntes de Claudio que eran un poco más dispersos. Pero no os lo recomiendo de entrada.

No obstante, si queréis algo de Naranjo, ya que es el padre del Eneagrama moderno al insertarlo en un lenguaje psicológico más riguroso que la mera tradición, podéis leer El Eneagrama de la sociedad. Editorial Temas de Hoy. Pero no permite un estudio en profundidad.

Más adelante, me llamó la atención un libro más asequible y bastante pedagógico, y lo aconsejé durante un tiempo en mis cursos de Eneagrama, es El Eneagrama de las relaciones de Mari-Anne Gallen. Editorial Desclee de Brouwer.

Pero si ahora tuviera que aconsejar un único libro para entender bien el Eneagrama, sin duda, diría La dimensión espiritual del Eneagrama de Sandra Maitri. Editorial Liebre de Marzo. Tiene un lenguaje claro y profundo, recoge la tradición de Claudio y otros autores como Almaas.

Pero si con los apuntes de clase tenéis bastante y queréis un libro de bolsillo para entender las claves de cada uno de los tipos, tal vez aconsejaría El Eneagrama esencial de David N. Daniels y Virginia Ann Price. Editorial Urano.

Y, evidentemente, hay hoy en día infinidad de libros del Eneagrama aplicados a la empresa, a las parejas, etc, etc y que hay que revisarlos bien antes de comprarlos, como todo.

Espero que hagáis un buen viaje al interior del laberinto de vuestro carácter.

 

Por Julián Peragón