Tarot: VI El Enamorado

El arcano central por primera vez no está sobredimensionada aludiendo a figuras arquetípicas, El enamorado ya es una figura de dimensiones humanas, con los pies en el suelo, en la realidad. Diríamos que el individuo ya está hecho, que tiene su capacidad de moverse y de decidir en el mundo.

·El muchacho representa el joven ego pues lo masculino representa la voluntad, la acción y la conciencia en el lenguaje esotérico.

· La mujer mayor que le toca el hombro como símbolo de responsabilidad, de atenerse al deber, a la prudencia es la Madre, que todavía permite la irresponsabilidad, cautivo de la seguridad y la comodidad.

· La mujer joven que le toca al corazón como símbolo de invitación a seguir sus impulso emocionales es la Amante, la virgen o sacerdotisa que representa lo que está por desvelar, por descubrir.

· El conflicto está presente, su cuerpo lo expresa. La cabeza mira hacia la parte prudente y segura, y el cuerpo gira hacia el amor, la pasión, la aventura. Una parte mira al PASADO, otra mira al FUTURO. ¿Cuál será su decisión?.

· Hay que recordar que entre el joven y la joven hay una cierta similitud como anunciando cuál será la decisión conveniente.

· El conflicto está claro entre razón y sentimiento, realidad, y utopía, estable e incierto. El Enamorado se encuentra inmovilizado porque no sabe qué camino elegir. Pero es el acto de elegir que es propio de la persona que empieza a ser un individuo y que a pesar de las fuerzas divergentes sabe tomar una decisión transformando la oposición en un complemento dinámico.

· Ante el Papa, los personajes reciben un conocimiento pero no se ponen a prueba ante la realidad como en el Enamorado.

· Pero toda elección comporta riesgos. La elección por la Madre se podría convertir en la madre castradora, pero la Amante podría convertirse en la mujer caprichosa que no tiene límites. La elección correcta es elegirse a sí mismo.

· La elección consiste en pasar de muchacho a hombre (o de muchacha a mujer) como un gesto de iniciación. Convertirse en héroe tras matar al dragón exterior que nos pone en peligro, al monstruo interno que no nos deja ser, y en ello la amada es el símbolo del éxito tras las pruebas.

· En definitiva se trata de encontrar la libertad. Refleja la leyenda de Hércules debatiéndose entre el Vicio y la Virtud.

· El enamoramiento funcionará como ese ardid para ponernos en funcionamiento, para ir a la batalla. Ella es el llamado a la vida. Nos recuerda el mitos de Psique y Eros con el cual se casa consiguiendo la inmortalidad. A un lado tenemos a Psique y a otro a Venus con sus trabajos que le hace cumplir a la mortal Psique. El triángulo amoroso.

· Pero ¿quién elige en esta decisión?. Más bien es Cupido quien elige. El enamoramiento es una buena estrategia de la vida para seguir creciendo.

· El 6 es un número de oposición y crisis, que nos lleva a un progreso y evolución. Son dos triángulos enlazados. Uno mira hacia arriba, símbolo astrológico del fuego. El otro mira hacia abajo, símbolo del elemento agua. Símbolos también de lo masculino y lo femenino.

· La virtud consiste en poder elegir. Cuando uno elige compulsivamente realmente no elige. Hay algo que está eligiendo por nosotros. La libertad es cuando uno tiene mucha sed y es capaz de mojarse solamente los labios.

· Aparece la responsabilidad en este arcano. Previamente se vive en el plano arquetípico. En alusión al padre, madre, maestro, etc. Ante la tensión de la vida aparece la toma de conciencia, la primera elección.

· Hay una invitación a la transformación, dejar las pieles gastadas. Ir al riesgo, a la aventura. Lo seguro no es seguro, es terrible, es la muerte.

· La cabeza, razón, mira siempre lo conocido, lo familiar, lo seguro. Reitera esquemas, hábitos, formas de pensar y actuar.

· Sólo podemos saltar cuando algo muy importante nos espera al otro lado, una amada, el amor, la ilusión de ser, lo desconocido y misterioso. En la lucha entre la memoria y el orgullo, gana el orgullo.

· ¿De quién se enamora uno?. Uno se enamora de sus sueños. Nos enamoramos siempre de nosotros mismos. La elección la ha hecho el deseo.

· Al final lo importante no es tanto el tema de la elección sino qué es lo que elige en mí, ¿por qué apuesto?. Es el corazón o la mente quien elige.

· Hablamos de crecimiento pero ese crecimiento no es tanto querido por sí mismo. Crecemos porque queremos ser queridos y actuamos hacia ello modificando nuestras estructuras. De verdad nunca nos ponemos voluntariamente en una posición de elección. La vida, nuestro subconsciente nos lo trae.

· ¿Qué hay que hacer?. Escucharse a si mismo.

· La vida no nos asegura absolutamente nada.

 

Julián Peragón

 




Tarot: La tirada de cartas

·La tirada es un tiempo especial.Durante dos horas uno ingresa en otro tiempo. La misma atmósfera lo sugiere, estamos en otra dimensión. Incluso la cadencia de las cosas, la taza de té o café, la voz pausada, la penumbra nos alejan de lo cotidiano. Y es que para comprender lo cotidiano hay que salir de lo cotidiano. De la misma manera que cuando miramos las estrellas salimos de nuestro reducto de vida y comprendemos mejor la totalidad de la vida.

· Si los diferentes arcanos simbolizan los diferentes aspectos o situaciones de la vida, también mi vida y mi caos se pueden asimilar a esos arcanos. Todo lo que la vida desune, aliena, fragmenta hay que volverlo a unir. La tirada es esa posibilidad de dar sentido a aquello que sucede en nuestra vida y que parece contingente. Hay que volver lo vivido significativo. Carezca o no la vida de sentido, nosotros necesitamos (de momento) una idea reguladora, un mundo humano, vivible, digno. Y esta recuperación se puede hacer a través del Tarot.

· Cuando soy capaz de volcar mi problemática en la tirada. Esa problemática que nos parece inamovible, fija, bloqueada, sin solución, el Tarot nos da una perspectiva dinámica de esa problemática porque cada arcano está vinculado con su anterior y con su posterior, se vincula con las tríadas anteriores y superiores, y en general cada arcano está conectado con todos los demás, como queriéndonos decir que toda problemática está también conectada con toda nuestra vida, y con todos sus aspectos. De la misma manera que un arcano te lleva a otro, una problema viene de un pasado pero tiene una salida, tiene un proceso interno que hay que respetar y comprender.

· Por un lado el Tarot funciona como una estrategia de búsqueda, de esas soluciones que queremos encontrar. Podemos poner el caso de aquellos indios norteamericanos que cuando iban de caza tiznaban en el fuego una paletilla de ciervo como mapa del territorio de caza. Esas manchas indicaban a través del espíritu benefactor dónde encontrar cacería. Pero podemos ver también en este ritual un mecanismo para introducir componentes de azar en nuestra dinámica de inercia. Sino iríamos a cazar a los lugares conocidos o frecuentados agotándose la caza. De la misma manera cuando perdemos algo no lo encontramos porque lo buscamos con la misma lógica que nos ha hecho perderlo. Hemos de encontrar una forma azarosa para romper los automatismos. Cuando salen ésta o aquélla carta es una invitación a buscar soluciones en lógicas no conocidas y salir del bloqueo.

· El Tarot funciona porque las imágenes son suficientemente plásticas para permitir un grado elevado de proyección de nuestros contenidos inconscientes donde residen esos conflictos. El Tarot es como una red que pesca esos contenidos y los hace salir a flote. Ver eso que permanecía oculto es revelador, y al darnos cuenta cambia la calidad de nuestra conciencia.

· Pero el Tarot no es solamente un antiguo test de Rocher. Hay un mensaje cifrado en lenguaje simbólico que el consultante va a percibir. Cuando nuestro caos se inserta en un todo integrado, en un camino sabio que da impregnado de esa cualidad superior. Es un instrumento de conocimiento.

· Hemos de decir que en el Tarot están plasmados en gran medida nuestros arquetipos y nuestros mitos, esas batallas por las que cada individuo tiene que pasar. Por eso siempre es nuevo, porque el amor, la soledad, la renuncia, forman parte de la vida de todos.

· Por eso, aparte de la tirada, el Tarot es un buen soporte meditativo porque es como una semilla que germina en suelo fértil y que mueve mecanismos muy ocultos.

· Está claro que cuando uno se tira las cartas hay una parte de nuestra personalidad que quiere oír cosas que lo ensalcen, cosas profundas y bonitas. Pero hay otra parte, más escondida, que desea encontrarse con la verdad, que desea comprender, darse cuenta. Es aquí a donde debemos dirigirnos. ¿Qué significa todo eso que nos pasa?.

· La verdad que te da el tarot no es una verdad fija, es más bien la posibilidad de descubrir cuál es nuestra verdad, y ésta es una conquista, no nos la puede dar nadie. Por eso en la tirada el consultante no puede permanecer pasivo tiene que reconocer los símbolos y volverlos suyos.

· Por eso el Tarot, cada arcano, es como una piedra que produce unas ondas en la superficie del lago de nuestro inconsciente. Lo importante no es la piedra sólida sino la cadena de significados alternativos con los que conectamos. Lo importante es lo que nos resuena, con lo que asociamos, lo que se clarifica, lo que se pone en cuestión.

· La invitación que hace el tarot es la de escuchar, de escucharse, de reconocer esa voz interior, esa consciencia.

· Aunque hablemos del futuro y del pasado, el Tarot es como un espejo y sólo puede reflejar el momento presente. Está claro que el pasado que está por resolver está todavía presente y el futuro es una incertidumbre que se siente también en el presente. El pasado es una tendencia, el futuro una aspiración. Por eso toda pregunta sobre el pasado o el futuro tiene que ser reorientada hacia lo que está ocurriendo ahora. ¿Por qué ahora es importante esa pregunta, por qué hay incertidumbre, inseguridad, confusión ahora?.

· No se trata de adivinar sino de abrir nuevas posibilidades de vida. Quien se conoce mejor es uno mismo, mucho más que el tirador. El que tira las cartas tiene la ventaja de estar separado, de ver las cosas desde otra óptica. Puede mediar, puede hacer ver qué puede significar eso que uno sabe que hay.

· Cierto que hay videntes que se cuelan en esos huecos que deja el tiempo y sacan premoniciones. Pero también es cierto que lo que queremos despertar en el otro es su libertad, su ser impredecible y esto choca con un destino predeterminado. El sabio no condiciona el futuro porque éste es el símbolo de lo que queremos llegar a ser. Más vale remitirse a lo nuevo que esta despuntando en este momento que a lo establecido en un futuro. Otra cosa será decir mira ahí si ese futuro corresponde a lo que quiere tu ser.

· Al final el consultante se lleva a casa lo que ha podido recoger, lo que ha entendido, lo que ha encajado por mucho que nosotros le hayamos dicho. Su propia psicología le protege, para bien y para mal.

· Cuando las cartas están boca arriba el pensamiento mágico nos ayuda a realizar este juego serio. No es que haya una causa y efecto entre mi estado y la carta escogida, hay, en terminología junguiana, una sincronicidad. Dos acontecimientos se vinculan y comparten un mismo significado, o no. Son los múltiples espejos que tiene la vida. Quien sabe si es uno de los lenguajes que tiene el espíritu para recordarnos lo esencial.

Julián Peragón




Tarot: XVI La Torre

Lo seguro no es seguro, es terrible. Heidegger.

Para Jung, la iluminación es «un repentino, inesperado

e irresistible cambio de condición psíquica».

 

· La Torre de color carne es una construcción interna. La torre que nos da seguridad es un sistema de valores, prejuicios, creencias, teorías, argumentos y filosofías que marcan nuestra forma de ver el mundo.

· Pero lo único que hay dentro es protección. En ella nos sentimos seguros pero aislados. Tal vez la única salida al Diablo esté en la pérdida de protecciones. En la Torre estamos seguros pero también atrapados. Es la cárcel que nosotros mismos hemos construido.

· Es una torre sólida, aparentemente sólida. Representa ese orgullo delante del misterio de la vida. Como si desde la ventana de la torre pudiéramos saber qué es exactamente el mundo.

· La destrucción de la Torre viene de fuera, desde las alturas, a través de un rayo divino. Es la intuición, las corazonadas, las certezas que a veces tenemos sobre lo que somos o lo que es el mundo. Esa claridad que viene del cielo lo ilumina todo.

·Este rayo viene a destronar la Torre, su corona pues la soberbia ha llegado muy lejos. Pensar que nuestra verdad ya es suficiente, que es la recta verdad, que tenemos razón. Si la corona fuera esa voluntad creadora, tenemos que preguntarnos ¿de qué sirve esta mi voluntad delante de la infinitud que me envuelve?. El rayo viene a volvernos humildes. Es ese rayo de energía necesario para conectar con el misterio.

· Nos recuerda a la Torre de Babel que Dios destruyó por querer alcanzar el cielo. Por la soberbia del hombre de creerse divino.

· Pero por la otra ventana de la Torre están nuestros ideales, fantasías y deseos que pretenden que el mundo se corresponda con esa idealización.

· La Torre se destruye no como castigo sino como oportunidad para despertar de ese sueño de la ignorancia. Es un darse cuenta, iluminarse junto con el rayo. Darse cuenta de las ruinas sobre las que habíamos construido nuestra vida.

· Cuando uno edifica algo está edificando una destrucción a la larga, porque nada perdura, porque todo se desvanece, el tiempo todo lo borra. La soberbia de la obra creativa, incluso de nuestra sabiduría no aguanta los envites del tiempo, de la memoria.

· La consecuencia del rayo es la caída de los dos personajes, el retorno a la tierra, a la realidad, diríamos vuelta a la libertad. El rayo es atraído por la torre. Cuanto más alta la torre más grande es la caída. El rayo es la palabra de Dios que reestablece el equilibrio perdido. Cuanto menos se entiende ese rayo más duele la caída, la pérdida de nuestra filosofía segurizante. El mundo artificialmente elaborado sucumbe ante la libertad. Es la hierba que crece entre los adoquines, la arena de la playa que los edificios ocultan.

· Lo que se destrona es nuestra ambición de saber, la resistencia a dejarse sentir que en realidad somos un títere en manos de la vida. Darnos cuenta de que en nuestros esquemas no entra lo verdaderamente importante. Lo decía Shakespeare que entre la tierra y el cielo hay más cosas de las que caben en nuestra filosofía. Nuestros libros nos hablan del mundo pero no pueden sustituir al mundo, hay que bajar y sentirlo, hay que pisarlo. Uno de los grandes peligros en el camino espiritual es el orgullo espiritual, el creerse en posesión de la verdad.

· Realmente se produce una caída. Y nos encontramos con el sufrimiento. Pero duele donde hay más rigidez, cuando hay más resistencia. Es la oportunidad de aprovechar ese dolor para despertar y salir de lo ilusorio. También en el Mahayana se narra que hay un rayo que desgarra el velo de la ilusión del mundo.

· La vida es imprevisible y hay que vivir expuestos. Hay que poder vivir más a la intemperie sin explicarnos la vida, sin querer saber hasta sus últimos porqués. No hay que descifrar el misterio sino poder sacar fuerzas de él.

· Cuando despiertas te das cuenta de que estás vivo, de que tus pies se nutren de la tierra, que tus pensamientos no te atrapan, que la incertidumbre no te bloquea.

· Los circulitos que inundan la carta son el maná de Dios, el alimento de la Providencia. Cuando uno se suelta de sus seguridades se da cuenta de que la vida provee. Es el discurso de Jesucristo cuando habla de que las flores y los pájaros son alimentados sin esfuerzo.

· En el fondo la carta habla de libertad, ¿pero quién no le tiene miedo a la libertad?.

· El nombre en francés es La Maison de Dieu (la casa de Dios), pero bien pudo ser por error al transcribir mal La Maison de Feu (La casa de Fuego). En todo caso la casa de Dios es el convento, el monasterio donde los enfermos del alma buscan cobijo, buscan consuelo contra el caos de la vida mundana, en todo caso puede ser una casa de adoración. Aunque suponemos que el templo o monasterio es sólo una fase del camino que tarde o temprano se ha de dejar para seguir caminando. Así como los valores de adoración caen por su propio peso. De hecho uno llega a sentir que todo aquel ritual, toda aquella doctrina o visión del mundo se nos ha quedado pequeña.

¿No será el monasterio un último obstáculo delante de la espiritualidad?

Es posible que el tarot sea en general un contramensaje a la Iglesia dominante. Mostrar una Papisa es cuestionador del orden patriarcal y rígido de la Iglesia.

· Con la carta siguiente nos vamos a encontrar con la Estrella, que es la desnudez, la inocencia. La capacidad de aprender desde la piel, desde lo vivido, no desde los esquemas que racionalizan la vida.

· La Torre está relacionada con Urano y su carácter crítico. Urano tiene un sabor intelectual, hace referencia al Logos.

Julián Peragón

 




Tarot: XIV La Templanza

¿Cree usted en Dios?. Yo no creo, sé. Jung (entrevista)

Hasta la más pequeña brizna de hierba tiene un ángel que le dice,

crece, crece. Talmuz.

 

• Si reducimos el número 14 del arcano a reducción mística tendremos el 5. Símbolo de la quintaesencia. Esto nos lo muestra la flor del ángel en la frente de cinco pétalos. Tiene que haber siempre un quinto elemento que englobe a los otros, así como el éter contiene a los 4 elementos.

• El símbolo de la Rosacruz es una rosa de cinco pétalos en una cruz. En todo caso la rosa tal como el loto en oriente es un símbolo del encuentro con uno mismo.

También la rosa es un símbolo de amor. Cristo está en la cruz, en la cruz del cuerpo humano encontramos el corazón. Y el corazón es la bomba donde se regenera todo el ciclo del sistema. Será el amor lo que pueda englobar todas las oposiciones.

• Las dos jarras son la oposiciones propias de la vida, masculino y femenino, consciente e inconsciente,espíritu y materia, etc, simbolizado por los colores azul y rojo. Pero tal vez estas oposiciones no pueden ser enfrentadas directamente así como el agua y el fuego se neutralizarían en el contacto. Haría falta una mediación, y esta mediación es el fluido que va de una a otra.

• Este líquido no es de ningún color, es un blanco, sin color, reflejando la esencia pura.

• Aparece un ángel, mediando. Oficia la ceremonia. Precisamente un ángel es aquel que puede sobrevolar con sus alas por encima de las cosas, por encima de la oposición aparente de las dualidades.

• Un ángel es un enviado del otro mundo. Ajeno a la conciencia del yo. Representa el inconsciente porque el inconsciente es un ángel donde reside la fuerza vital, la memoria profunda, las intuiciones certeras, el mundo onírico que a veces es un ángel de la guarda y otras un ángel destructor. Es esa interioridad misteriosa que nos habita.

• El ángel aguarda permanentemente hasta que nos demos cuenta de su presencia. Parece que nos dice: «ten paciencia», no estás sólo, hay fuerzas inconscientes que trabajan dentro de ti. Confía en las corrientes profundas de la vida y déjate llevar por ellas». Hay algo en nosotros que está atento y que nos avisa, nos protege.

• El ángel de la Templanza es el ángel que nos trae la inspiración, es esa buena relación con nuestro inconsciente.

• La Templanza nos lleva al descubrimiento de ese uno mismo. En realidad lo que somos no es algo fijo como pretende el ego. En verdad en el fondo de nuestro ser no hay nada. Somos un proceso que se actualiza momento a momento, somos un fluir que va de una vasija a otra.

• Relacionado con Acuario, que es el aguador, signo de aire, por eso lo que circulan son las ideas.

• También podría llamarse a esta carta el alquimista, pues a través del ángel se hace esa transformación alquímica. En esa Templanza, templando los opuestos, recuperando la desmembración del arcano anterior encontramos una armonía. Templar para hacer más fuerte o más elástico algo. Templarse a uno mismo en el acto de vivir.

• La figura armónica de la Templanza , casi danzando, remite a lo femenino como si ese núcleo interno del sí mismo fuera más parecido al agua (femenina) que a la roca del ego (masculino). No se funciona desde la razón o desde la lógica.

Julián Peragón

 




Tarot: XIX El Sol

· Al ser humano le llama la salida del sol porque hay algo en nosotros que adora lo claro, lo luminoso, lo que permanece fiel a si mismo. Nos encontramos con nuestra religiosidad innata.

· El sol es redondo, esférico, contenido, como la forma más perfecta, símbolo del espíritu. (Texto de los oglalas, sioux).

Además el sol brilla y da calor que mantiene la vida. Hay una analogía con el corazón como bomba central de todo el sistema fisiológico.

· En astrología, el sol, es el centro de uno mismo, el centro de nuestra personalidad más profunda.

· Este sol del Tarot tiene rayos rectos y ondulados como mostrando que ese sol interno, ese sol espiritual es una combinación de fuerzas masculinas y femeninas.

Las gotas del sol van hacia la tierra, al contrario que la Luna, símbolo de vitalidad y energía; de expresión y de actividad. También de bendición.

· En el plano de abajo, aparecen dos niñitos que se tocan amigablemente. Es la primera vez que los dos elementos opuestos (dos jarras, dos caballos, etc) aparecen idénticos. Nos encontramos ante dos gemelos. Es como si el Tarot nos quisiera decir que la dualidad no existe. Que no hay luz sin sombra, externo sin interno, masculino sin femenino. Que la polaridad sólo aparece desde nuestra propia dualidad, desde la división que sentimos dentro. Pero, en el fondo, es pura ilusión. Desde las alturas donde se ve nuestro planeta, día y noche es un mero juego de sombras.

· Un niño significa algo que está en crecimiento, vivo, que todavía no está maduro. Es también alguien frágil, vulnerable, salvaje, inocente. NO del todo socializado.

Los niños juegan en un entorno cerrado, protegido. La carta quiere decirnos que hay que recuperar primeramente al niño olvidado en nuestro interior. Es volver a la mirada de curiosidad del niño, a su conexión lúdica con la vida. Ahí es donde se reestablece la unidad.

Tal vez el símbolo del niño es que no es nada fijo, no está especializado, tiene la posibilidad de serlo todo, porque todo está en potencia.

Además el niño es aquel que tiene tiempo para observar su fantasía, para entretenerse en las maravillas que depara del vida, que es capaz de echarse al vuelo y no quedar aplastado a ras de suelo.

· Este arcano es el símbolo del reencuentro con uno mismo. Sentir en la piel y en el alma que las desgarradoras contradicciones no eran tales, que se pueden reconciliar. Es el retorno a la unidad. Ya no nos sentimos escindidos, formamos parte de lo que siempre había estado unido.

· Hay un dato curioso, y es el muro que rodea a los gemelos. Nos querrá decir que el encuentro con uno mismo requiere de un espacio cerrado, de un espacio íntimo. Ese encuentro tiene que hacerse a solas donde no hay otros que medien o interfieran. Se trata de un espacio psíquico propio, acotado. Se trata de un espacio meditativo que uno hace en silencio.

Esta experiencia interna no se puede compartir tan a la ligera, el muro nos recuerda esa protección. Porque es fácil crear confusión, o envidia, o crear falsos modelos.

· Pero también el muro nos recuerda el templo, donde reside la divinidad. Pero ese templo es nuestro propio cuerpo, nuestro propio interior. Para que haya verdadero encuentro tiene que haber soledad.

· Pero también habla del cuerpo. El cuerpo cuando es sagrado es el mejor soporte para la experiencia espiritual.

· Si bien la Luna representa la máxima subjetividad donde uno duda de lo externo y no tiene dónde agarrarse. El Sol representa la vuelta a la confianza en lo que nos rodea y que nos arropa. Es la máxima objetividad posible.

· Lo otro, el otro, eso otro que está en nosotros se vuelve a descubrir pero ya con una empatía, con un reconocimiento. El otro ya no es un peligro, algo a controlar, reprimir u olvidar, el otro es una riqueza, la posibilidad de ampliarnos en eso que somos.

· Sólo uno descubre a un otro cuando simultáneamente hace un encuentro consigo mismo. En la carta natal astrológica. Al otro lado de nuestro horizonte está el otro, de la casa I pasamos a la casa VII. Casa I es nuestro Yo, nuestro ascendente. Lo que realmente se ve en casa VII es nuestra calidad de escucha, hasta qué punto vemos al otro, vemos su peculiaridad.

 

Julián Peragón

 




Tarot: II La Sacerdotisa

La mujer es agua.
Mar, mare, mer, mère Madre, María.

·No podemos olvidar que la sacerdotisa era la detentora del poder espiritual en la antigüedad pues era la chispa divina la que engendraba vida en su interior, su preñez. Ella era un vehículo de transformación.

· Del Mago a la sacerdotisa

El Mago es el Sol, rapidez, brillo idea, conocimiento.

La Papisa es la luna, lentitud, paciencia, amor, intuición.

No basta con el querer ser, con el primer impulso de nuestra conciencia, hay que contar con nuestras profundidades. La Papisa es la resistencia al Mago, como la semilla que necesita un suelo acogedor donde germinar.

Podríamos ver a la Papisa como las resistencias de la vida a nuestro deseo que nos ponen a prueba.

Pero esas resistencias que aparecen fuera en realidad están dentro.

· Iceberg de la conciencia

Pero también es la gran parte sumergida de la conciencia. Nuestro inconsciente, aquello que permanece oculto, que está a la espera. Lo otro que habita en nosotros.

Jung habla del ánima, la parte femenina del espíritu.

· Dualidad

El dos es el encuentro con lo otro, con la otredad. El encuentro de los opuestos.

· El eterno femenino

Lo femenino aparentemente es pasivo pero es el suelo emocional que dará fuerza y vida a la consciencia. Lo femenino es el tiempo de espera para que un deseo se encarne, tome cuerpo. Es el tiempo de espera, del invierno que está urgando en las raíces. Es la receptividad. Es esa matriz.

Esa pasividad oculta algo. Hierática custodia un templo

· El libro

El Mago juega con los dados con el destino, son las posibilidades del azar. La Papisa sabe que el destino es un libro que está escrito en el corazón. Mismo color de la carne.

· Ir hacia dentro

Por eso la Papisa es una invitación a ir hacia dentro, a leer el libro, a buscar en el corazón, a reconocer lo emocional como ese flujo que oculto nos mantiene. De hecho sus ropas muestran como un gran sexo femenino que invita a penetrarlo.

· El cruzado del pecho

Conecta la izquierda y derecha, la conciencia y el inconsciente, las dos columnas del templo. Aceptación del destino. Es como un compromiso, un hábito de monja

· El tocado blanco

oculta su cabello, su seducción, su deseo sexual pues se enfoca hacia la realización espiritual representado en la tiara. Sale de la carta, va más allá de los límites, más allá de nuestro limitado cuerpo.

· El velo

La Papisa está sentado a la entrada de algún santuario, delante de dos columnas cubiertas por un velo. ¿No estará protegiendo el secreto que se oculta detrás?. Tal vez incluso ella no sabe por entero cuál es su misterio. Quizás detrás del velo se oculte la unidad, más allá de las apariencias todo está interconectado.

Esa profundidad es ese inconsciente que está conectado con todo.

· Tiara

Representa el poder espiritual en los tres mundos, cielo, tierra, bajo el agua, como Hécate que domina los tres mundos.

Con la tiara estamos a salvo del instinto pues mantiene el cabello recogido.

Símbolo masculino representa en manos de una mujer una herejía, seña de que el conocimiento del Tarot debía mantenerse en secreto, ser esotérico.

· Experiencia

La Papisa nos dice que sólo se llega a la Verdad a través del esfuerzo. La verdad es una conquista. Cada fracaso es una indicación del próximo paso a seguir. Por eso no basta desear hay que experimentar en propia carne. Darse cuenta de los propios límites. Hay que sufrir ese esfuerzo de conquista para poder crecer.

· Amor

La única posibilidad de ese crecimiento aparece con el amor. Si no hay amor en nuestros impulsos y deseos difícilmente conseguiremos superar las pruebas. La Papisa nos alimenta si hay amor. El impulso del Mago tiene que ser amoroso.

Hace falta un beso amoroso para despertar a la Bella Durmiente.

· 4 aspiraciones

María, la vírgen, a través de la cual se encarna Dios. (fuego). Sophia, la sabiduría, la musa de los creadores (aire). Elena de Troya, la belleza, por ella se arma una guerra (agua). Eva, la madre de la humanidad, la sensualidad (tierra).

También podíamos hablar de la Vírgen (la receptividad), la Bruja (la sacerdotisa, la mujer de sabiduría, la que dialogaba con el destino), la Madre (genera vida) y la Amazona (firmeza, constancia, guerrera).

Las mujeres aspiran a encarnar estas aspiraciones, está dormida en su inconsciente. Los hombres la buscamos fuera, en la conquista, ninguna mujer la agota.

La Papisa está dormida en todas las mujeres, basta un beso de amor para despertarla. A través de este arquetipo la mujer se debe preguntar ¿Cuán satisfecha estoy?.

· Luz

Hay que dejar que lo que está en la oscuridad emerja a la luz. Sólo la vida fluye cuando es reconocida.

· Significados

-Tomar conciencia de lo que está en la oscuridad para que salga a la luz.

-Reconocimiento del mundo emocional.

-intuición, melancolía, luna, silencio, misterio, virginal, todo lo que está oculto, a la sombra, que aguarda para ser reconocido.

Sólo la vida fluye cuando es reconocida.

Julián Peragón

 




Tarot: X La Rueda de la Fortuna

 

· La Rueda sube y baja sin parar. La vida tiene esos altibajos y todos estamos atados a ella.

Pero mas que decirnos que todo es cambio, nos está diciendo que en ese cambio hay repetición. Todo pasa pero todo vuelve. Todo está en movimiento.

· Pero no sólo está la idea de repetición también la de regeneración. La vida es perecedera, todo se mueve, es mutable. La vida todo lo destruye pero vuelve a regenerarse, como el viejo que muere y el niño que nace.

· Las tres figuras atadas en la rueda nos recuerdan las tres energía básicas del universo. La energía de creación, la energía de conservación y la de destrucción. En India se habla de Brama, dios creador, Visnhu, conservador y Shiva, destructor.

· Pero también podemos inferir un cuarto elemento invisible, como las fases de la luna, como las patas de la mesa del Mago donde una está escondida. Estas cuatro fases representada en una de las barajas más antiguas son: reinaré, reino, reiné y estoy sin reino, representadas por cuatro figuras masculinas.

· Lo que aparece atado a la rueda no son seres humanos, son seres infrahumanos como si nos quisiera decir que lo que permanece en la rueda no son nuestros mecanismos conscientes, va más allá de nuestra voluntad y nuestro control, son elementos reprimidos que residen en nuestro inconsciente.

· Todos estamos atados a la rueda a menos que respondamos a la pregunta de la esfinge . El monstruo coronado encima de la rueda es propiamente la esfinge, la esfinge femenina de la tradición griega que esperaba al acecho a los transeúntes para preguntarles el acertijo. Es la madre negativa, opuestas a las fuerzas nutritivas de la Emperatriz.

Es Edipo quien contesta el acertijo de la esfinge.. Es la arpia seductora quien clava las garras en Edipo para evitar que progrese, para restarle su vitalidad.

Edipo mata a su padre y se casa con su madre. Manteniendo así el ideal del niño eterno. Aunque Edipo contesta acertadamente no por ello escapa del destino, de la relación con la madre. Edipo salvó su intelecto pero sacrificó su parte masculina.

Cuando se le profetizó que mataría a su padre y que se casaría con su madre, Edipo quiso huir de su destino.

Por eso el arcano de la Rueda nos dice que con audaces respuestas no por ello escapamos a la fuerza del destino, de la Rueda.

· Está la historia de Ixíon que osó enamorarse de Hera la esposa de Zeus. Éste lo ató a una rueda de fuego como castigo.

Ixíon negando sus orígenes humanos ascendió por encima de sí mismo para cohabitar con los dioses, pero no creó un superhombre sino un centauro, una criatura dividida. La bestialidad del centauro queda detrás de su cuerpo humano,queda en el inconsciente.

· Lo decía Freud cuando hablaba del retorno de lo reprimido. A otro nivel cada animal repite las pautas de la especie. Las necesidades instintivas son las mismas.

Aquello que reprimimos vuelve con más fuerza, obsesivamente. Tantas veces disfrazado, proyectado allá fuera, transvestido, pero lo mismo.

· El premio que nos da el instinto es el placer. Somos usados por el instinto, por la vida, por el destino. Creemos ser los autores de nuestra vida y sin embargo solamente somos instrumentos.

· El Ermitaño aprende aquí que llegó hasta aquí gracias a las fuerzas de la vida que todo lo mueven. Aprende que no tiene mucha importancia ir arriba o abajo, ir o venir en la vida. El peligro reside en identificarse con esos cambios, con los triunfos o los fracasos, con los movimientos de la rueda.

· La mano que mueve la manivela de la rueda es invisible. Es el destino pues tal vez el destino esté movido por nuestras necesidades instintivas más profundas. El Ermitaño sabe que la única manera de dominar el destino es no dominarlo. Poder recostarse en él y aprender sus lecciones. Dejarse llevar, no guerrear contra el destino.

· Perder intencionalidad. No somos dueños de lo que nos ocurre. No podemos determinar lo que hay que hacer, pero hacer lo que tengo que hacer alegremente. Una especie de servicio conscientemente.

·Si uno se preguntara realmente ¿quién triunfa y quién fracasa? se daría cuenta de que todo es pura ilusión. La rueda se mueve porque vamos detrás de la zanahoria y huyendo del látigo, el instinto de mueve así.

· Cuando prescindimos de nuestros criterios estrictamente humanos, cuando vemos que la vida no se pliega a nuestras razones, que hay algo amoral en la vida aunque nos pese, nos volvemos humildes. El destino es totalmente amoral. La fortuna de la vida va más allá de nuestros deseos.

· Sólo hay un punto que permanece en equilibrio, que no sube ni baja y es el centro, equidistante de todos los puntos de la rueda. Por eso en el arcano hay una invitación a volverse consciente de esas necesidades instintivas. Cada situación buena o mala está realmente a la misma distancia de ese centro visto como un encuentro consigo mismo.

Descubrimos una necesidad de permanencia a pesar de todo cambio. Uno empieza a mirar hacia dentro.

· Vemos una polaridad entre centro y periferia. En el centro reside lo inmóvil e ideal, lo arquetípico y lo subjetivo mientras en la periferia reside lo específico, lo efímero, lo individual y lo objetivo. La infinidad de potencialidades del centro se proyectan en la superficie como momentos únicos e irrepetibles.

· El sabio es aquel que sabe fluir con los cambios, que sabe que todo es perecedero.

· Esta carta encierra un dilema que es entre el destino y el libre albedrío.

· Si pudiéramos sacar un poco de energía de esa espiral instintiva de búsqueda de placer y seguridad, si pudiéramos extraer hacia el plano individual y consciente algo de esa energía tocaríamos la libertad.

· Con la rueda se acaba un ciclo para pasar a otro a partir de la Fuerza. Es como si nos estuviera diciendo que hay que liberarse de la rueda de la vida para entrar en un plano verdaderamente interior, un desarrollo espiritual.

· Jung dice: «El camino hacia la meta parece caótico e interminable al principio, sólo gradualmente aparecen signos que nos indican que vamos a algún lado. El camino no es recto, parece dar vueltas en círculos. Un conocimiento más preciso del movimiento nos prueba que es espiral; los sueños vuelven después de un cierto tiempo, de ciertos intervalos, para definir formas cuya característica es definir el centro».

 

Julián Peragón

 




Tarot: V El Papa

«Nosotros somos las letras de un inmenso libro»

El alma del hombre es religiosa por naturaleza. Orígenes.

 

· Representa un sacerdote, en concreto un pontífice.

Pontífice significa constructor de puentes. Y un puente es el que conecta dos orillas, digamos conecta dos niveles de la realidad. El Papa será aquel que remite de un plano a otro. De una realidad cotidiana a una realidad espiritual.

· Es así que pasamos del plano horizontal, nivel profano, a un plano vertical, sacro. El Papa es un punto de conciliación entre esos dos planos.

· Este arcano intenta mostrar que todo lo que ocurre a nivel de la historia y de la naturaleza tiene una correspondencia o analogía con otros planos. Lo que aparecía contingente resulta que tiene un sentido. El Papa nos ayuda a encontrar el sentido que tienen las cosas, la vida para nosotros. Hemos de encontrar sentido a este hacer en la vida. Es un Principio de Sentido.

· El significado profundo de religión es el de sentirse ligado a Es como una ligazón esencial, estar religado a lo más alto.

Es también la reunión (logia), lo que mantiene unido.

· Tal vez todo lo que está manifiesto tenga un logos, una razón, un sentido.

· Si la Papisa es la fuente de la sabiduría, el Papa es la manifestación. Éste no es el dueño de la Palabra, de la Verdad manifiesta, es el transmisor, en todo caso el intérprete. Aunque la Palabra se viste de mil formas y religiones, el Papa sabe encontrar en todo Palabra, la Palabra adecuada que transmite la cualidad de trascendencia.

· La totalidad es el número 7. 5+2=7, La Papisa II, más el Papa V. También La Emperatriz III, más el Emperador IV.

La Papisa es el silencio, el Papa , la Palabra.

· Además el 5 significa la quintaesencia, es el número de la cualidad humana.

Los dos planos horizontal y vertical se encuentran en un punto central, en un quinto punto. Este punto es un punto de encuentro. Este arcano nos dice que todas las partes son necesarias y que todo remite a este punto central.

· Su mano derecha nos indica el sentido tradicional de bendición.

-Su tiara es el símbolo del poder espiritual en los tres reinos, espíritu, cuerpo y alma.

-Su mirada está en una visión global, en la lejanía.

-Las columnas son las columnas que estaban detrás de la Papisa.

-Su báculo refleja ese mismo poder en los tres reinos con los tres brazos horizontales.

-Cogido con la mano izquierda es que su poder parte del corazón, de la compasión.

-Su mirada también está dirigido hacia la izquierda, hacia la bondad, haacia el corazón.

-La mano enguantada quizá signifique que no es una mano humana la que está en poder de la verdad. Que la Verdad necesita una investidura sagrada para no estar contaminada.

-Los dos prelados o monjes parecen casi gemelos que quizá reflejen la ambivalencia de nuestro interior ante el arquetipo, la inercia al exterior, el anhelo al interior.

-Al estar de espaldas quizas sugiera que todavía ese arquetipo, el maestro, no está integrado, no está sumido, es inconsciente. Poner el poder en el Papa y no en ellos mismos.

· A Través del Papa cambiamos por primera vez de óptica, lo que es natural pasa a ser sobrenatural. Todo aparece envuelto con una capa de sentido, de una trascendencia. La vida tiene que ser vivida de una forma religiosa.

· El Papa mantiene la integridad de los dogmas. Es la autoridad religiosa. Con él sabemos cual es el sentido «correcto» del hecho de vivir. Nos enseña a vivir de acuerdo a la Palabra.

· Pero lo que oímos del Papa nos enseña a reactualizar lo que ya está en nosotros. En verdad el maestro está en cada uno, es esa voz interna que nos enseña a reconocer lo verdadero.

· Por eso el Papa nos dice:

«Yo soy el depositario de la Verdad. Para entender el sentido me necesitas. La Verdad no existe. Existe la verdad que yo tengo para ti. Tu verdad. Tu verdad es un proceso. Sólo es tuya la verdad si la produces, si la conquistas. Si no es tuya la verdad no sirve, si repites las palabras de otros por muy espirituales que sean, no sirve.

Donde quiera que haya una verdad ha de ser conquistada».

· El verdadero conocimiento es carne, no dialéctica de la mente. No sabiduría exótica o erudita.

· Del maestro interior no se puede dudar. Con él siempre podemos conversar. El maestro exterior nos sirve, es un mediador para encontrar y tener confianza en nuestro interior, después desaparece.

De los consejos que nos dan los demás podemos dudar, de nuestras corazonadas no.

· Hemos de tener en cuenta también que todo mediador puede llegar a ser un obstáculo. Cuando un «puente» se le llega a hacer un objeto venerado y no tocado, su función de puente de tránsito desaparece. Lo mismo ocurre con muchos maestros.

· Al final el Papa representa este esfuerzo (masculino) por entender, por comprender el sentido que no estaba manifiesto. Así es la parte espiritual que se asociacia con la parte material del Emperador.

· Sus significados esotéricos se vinculan con:

-San Pedro, el guardián de las llaves del paraíso.

-el Hierofante, sacerdote griego que dirigía la iniciación en los misterios, que explica a los hombres el sentido del mensaje divino.

-Es el gurú en la tradición hindú, que significa aquel que lleva de la oscuridad a la luz, de la ignorancia a la conciencia.

-El símbolo chino para el hombre es un pentagrama.

-Pero en la tradición esotérica, el pentagrama invertido es el símbolo de Satán, lo que nos indica que a veces la sombra de la autoridad religiosa puede ser un gran obstáculo.

· Este arcano invita a:

-estudio, reflexión y pensamiento.

-actitud religiosa y comprometida.

-vocación de enseñanza y transmisión

– También puede volverse dogmático e intolerante.

Julián Peragón




Tarot: XXI El Mundo

·Es la última carta numerada. Recoge todo lo que se ha abierto en el camino. Es el fruto y es también la meta.

• Y es curioso que al final del camino la carta no se llame el paraíso, el cielo, la iluminación como cabría esperar, sino el mundo, nuestro mundo, nuestra realidad.

• Al final del camino vemos que el personaje central es de dimensión humana y es todo de color carne, completamente humano, completamente real.

• Podemos encontrar una analogía entre el arcano 12 que en su inversión (12/21) nos da el arcano 21. Las piernas de ambos están haciendo una cruz, sólo que uno la hace con la derecha y otro con la izquierda. El Colgado tiene una cruz (piernas) arriba como símbolo de la tierra, de lo material, abajo los brazos y cabeza forman un triángulo, símbolo de lo espiritual. Lo material por encima de lo espiritual se refiere al sacrificio que hace el Colgado donde intenta transmutar lo viejo por lo nuevo. En el Mundo, las figuras se invierten naturalmente, el triángulo (de los brazos y cabeza) están por encima de la cruz de las piernas, de lo material.

• Pero fundamentalmente, el personaje central del Mundo danza. Si en el Juicio vimos que la existencia era como un discurso que se iba desplegando, una música que suena a la cual hay que prestar atención, suspendidos como en meditación, aquí, en el último arcano vemos que esa música se tiene que integrar en danza. Nos recuerda la mitología que Sofia, la Belleza Divina, danza.

El bailarín cuando danza no puede permanecer fijo pues se caería. Sólo el movimiento, la armonización de un desequilibrio con otro hace que fluya el movimiento. La carta nos quiere decir que en el fondo somos puro movimiento, ritmo, fluidez. Que no hay nada donde agarrarnos, nada fijo que permanezca, nada que podamos poseer, ninguna verdad inalterable. Sólo una música y un movimiento en un aquí y ahora eternos.

• La corona que rodea a la figura que integra los colores básicos es un símbolo de totalidad. Es además una elipse que a diferencia del círculo tiene dos centros, dos focos. Nos quiere decir que la totalidad, siendo una, admite la polaridad. Somos luz y tiniebla, ángel y demonio, masculino y femenino, consciente e inconsciente. Somos andróginos. Se dice que la misma figura es dual, que pecho es mujer y caderas son de hombre.

• Esta mandorla es una imagen, un mandala, y todo mandala hace referencia a una centralidad. La corona es el mundo, el ánima mundi puesto que lo que nos rodea es el mismo mundo. Los alquimistas dirán que ese alma del mundo es la fuerza oculta en la naturaleza. Jung hablará de que estamos integrados en un inconsciente colectivo cuyo centro es el sí mismo.

• No podemos olvidarnos que la corona es el huevo luminoso que hablan los chamanes, la aureola mística de los santos, el aura que rodea al cuerpo.

• El velo que rodea al personaje central puede significar el espíritu, siempre sutil y vaporoso que siempre está en movimiento. Y cubre los genitales porque el sí mismo (como los gemelos en el Sol) si bien está desnudo en el sentido de inocencia y de no tener máscaras, tampoco se expone al mundo sin una cierta protección, pudor o prudencia.

• La varita mágica que tenía el Mago al principio del camino la volvemos a encontrar aquí, al final. Dicen que el Mundo tiene una vara en cada mano como manejando la polaridad para que se vuelva creatividad.

• Los cuatro elementos que rodean la carta son tierra, fuego, agua y aire, que corresponden a los signos de Tauro, Leo, Escorpio y Acuario respectivamente. Son también los 4 evangelistas, san Lucas, san Marcos, san Mateo y san Juan, pero también son las cuatro funciones psíquicas que hablaba Jung, percepción, intuición, sentimiento y pensamiento. Además son también las cuatro direcciones del espacio, etc.

Son esos elementos que han estado durante todo el camino pero ahora tienen una aureola en la cabeza, es como si esas funciones se hubieran convertido en funciones superiores, funciones trascendentes. Y hacen de protección a ese sí mismo, y hacen de mediación entre aquel y el todo.

Decíamos que el alma está en permanente contacto con el todo pero necesita de funciones específicas para incidir en el mundo. Los sentidos afinan la percepción pero dejan fuera de foco muchas cosas. La especialización de estos es válida para la vida pero se pierde sensibilidad para el espíritu.

Además. vemos en estos cuatro elementos, que los alados están arriba, pensamiento y sentimiento, en cambio los animales terrestres, percepción e intuición están abajo, marcando también una polaridad entre los mismos elementos.

• Al final del camino vemos que no hay un final, que hay que volver a empezar. La corona es un huevo y es símbolo de una nueva vida, es un germen de vida. También la corona son los labios de una vagina, y hay que volver a nacer. Tal como los primitivos enterraban a sus muertos en postura fetal porque la muerte era el nacimiento a otra vida.

• El final del camino es un camino de desapego, pues no tiene sentido el poseer nada. Es un camino de vacuidad, pues toda la creación descansa sobre el vacío, sobre la ilusión, y es también un camino de silencio pues el misticismo viene de mistos que significa silencio.

Julián Peragón

 




Tarot: XIII La Muerte

Sólo hay otra cosa tan inevitable como la muerte: la vida. Charles Chaplin

La muerte es segura, olvidémosla. Balzac

No querer vivir es sinónimo de no querer morir. Jung

 

·De la misma manera que hay un arcano sin número (el Loco) hay un arcano sin nombre (XIII). Como si fueran ambos las dos caras de una misma moneda. En un lado el deseo, la vida, en el otro la muerte.

· Si el arcano no tiene nombre será porque la muerte, esa experiencia liberadora, no puede ser expresada. Nadie sabe lo que hay al otro lado de la vida, en la otra orilla.

· La muerte avanza inexorablemente sin atenerse a nuestras razones piedosas.

· En lo primero que hemos de fijarnos es en lo que corta la muerte. La muerte corta solamente pies, manos y cabezas. Son los elementos de la persona que están en contacto con la realidad (pies), con la manipulación del mundo y sus actividades (manos), con sus ideas (cabezas) e imagen social (caras). Todo aquello que pertenecía a su viejo carácter. La muerte corta todo lo viejo, las pieles gastadas, lo que pertenece al pasado y se queda con lo esencial, con el esqueleto.

· El esqueleto significa lo que no cambia en nosotros, lo que perdura y es esencial. Nos remite a una eternidad que por momentos (la vida) está encarnada (cuerpo).

Es Hamlet quien mirando una calavera dice: ser o no ser, esa es la cuestión. Así la calavera remite más propiamente al ser profundo que permanece in eternum.

· La guadaña corta en especial esas cabezas coronadas pletóricas de poder, de engreimiento. Está sugiriendo claramente la destitución del ego como fuerza impulsora de la vida interior.

· La guadaña no es recta y penetrante como un puñal o una espada (masculino y solar), es curva como una luna, pasivo y femenino. Como si el camino de la muerte fuera un camino secreto, un camino indirecto.

También la guadaña del campesino nos habla de la cosecha, del fin de un ciclo para iniciar uno nuevo, para su renovación.

· Cuando el héroe ha madurado, cuando el Colgado ha hecho el sacrificio interno se produce una desmembración (XIII). Lo viejo ha desaparecido pero lo nuevo está por venir.

· En todo ciclo hay cambio y renovación para que la vida siga. Pero lo duro de la carta viene de la gran resitencia al cambio que tenemos. Nos da miedo cambiar nuestras costumbres. No queremos perder nada , nos atamos a todo, tememos al devenir.

·¿No será la muerte una estrategia más de la misma vida para mantener el grado de evolución y renovación necesarios?

· Mas que muerte física lo que simboliza la carta es transformación.

· También la carta nos trae el mensaje de que nada perdura, que todo es efímero.

· Tal vez detrás de todos los miedos exista un único y poderoso miedo que es el miedo a morir, miedo a dejar de ser, miedo a la nada. En un punto se muere como se vive, y tal vez la vida sea una preparación para ese acto trascendente de dejar el mundo.

· En el chamanismo se dice que la muerte está permanentemente a nuestra izquierda. Quizá nos querrá decir que el guerrero debe vivir con la presencia de la muerte como elemento de transformación. Cuando la muerte está presente no hacemos vanas concesiones.

· Por mucho que analicemos la muerte nunca sabremos cuál será nuestra reacción ante la muerte real. La muerte es inesperada, no podemos pedirle ni un minuto para reflexionar. Viene cuando viene.

· Un relato ilustra esa imprevisibilidad de la muerte:

«Un criado encontró a la muerte coronada y cubierta con una capa negra en el mercado de su ciudad y le pareció que le hacía una señal. El criado asustado le pidió prestado a su amo un caballo para huir a la ciudad de Samarra. Esa misma tarde el amo se encontró también a la Muerte en el mercado y le pregunto: ¿por qué le hicistes una señal esta mañana a mi criado?. La Muerte respondió: no fue una señal sino un signo de sorpresa. Me sorprendió ver a tu criado en Bagdad puesto que tengo una cita con él esta noche en Samarra».

· En la mitologia ese arcano nos remite a Saturno que simboliza el tiempo porque el tiempo todo lo borra. De ahí que Saturno sea el devorador de sus hijos porque devora todas sus creaciones sean cosas, seres o imperios.

Se le relaciona con Ouroboros, la serpiente que se muerde su cola.

Las parcas (parturientas), o en griego las moiras son las hijas de la noche, las diosas del destino. Se las representan como las hilanderas del hilo de la vida. La primera, Cloto, hilaba el hilo vital. La segunda, Láquesis, lo devanaba o arrollaba en la madeja; y la tercera, Átropos, lo cortaba y determinaba así el final de la vida. A veces se las representaba con un huso, un pergamino y una balanza.

La carta nos recuerda al jardinero (la Muerte) que poda el árbol para que en la primavera renazca con más fuerza.

También tenemos a Shiva, divinidad hindú que destruye a los seres sin aniquilar su esencia.

En astrología la muerte está vinculada con escorpión, el horno alquímico donde se da la verdadera transformación.

 

Julián Peragón