Eneagrama del amor (E5): desamor

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DESAMOR

Hay quien se muestra ante el amor frío, apático e indiferente, y no es porque no desee ser querido sino porque más que a nadie no quiere engañarse ante el amor y ante su propia incapacidad de relacionarse amorosamente. No solo no le interesa el amor, no le interesa el mundo, las personas, no le interesa los vínculos, está, por así decir, bien solo, en su propio mundo.

No puede vivir la dependencia del amor, la fusión que implica, el caos que se establece, aceptar otro orden, otro ritmo, alguien que pide, que da, que necesita, que molesta, que exige. Se vive el desamor, pero uno se ha acostumbrado a no necesitar, a vivir con lo mínimo, a no pedir. Prefiere su propia limitación, su autoimpuesta restricción, su control a una voracidad (fantaseada) que le lleve a una mayor frustración.

Es como el avaro que no derrocha, no gasta, no se entrega por miedo a que esa actitud de entrega le lleve a la carencia, al vacío. Por eso uno se encierra, se aísla, y no se muestra disponible. Puesto a amar se prefieren los ideales o el amor a Dios que son mucho más inefables y no llaman a la puerta. Hasta la sexualidad es percibida como una exigencia.

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