El papel de las religiones en el mundo globalizado actual

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En primer lugar, me gustaría citar el mensaje de Buda procedente del conocido texto Budista Dhammapada:

Muchos hombres por su temor,

Buscan refugio,

En colinas, bosques,

Árboles sagrados y templos.

Tal refugio no es seguro,

Tal refugio no es supremo.

Aunque uno fuera a semejante refugio,

No se hallaría libre de sufrimiento.

Aquél que se refugia en la Naturaleza del Despertar,

En la Luz de la Consciencia, y en la Armoniosa Comunidad del Planeta,

Ve con profunda sabiduría las cuatro nobles verdades:

El sufrimiento,

La Causa del Sufrimiento,

El cese del sufrimiento,

Y el noble Camino que lleva al cese de todo sufrimiento.

Éste sí es un refugio seguro ,

Éste sí es un refugio supremo ,

Y si uno fuera a semejante refugio

Se liberaría de todo sufrimiento.

 

El miedo es un de los temas centrales en la existencia humana independientemente de la cultura, la religión y la raza. A causa del miedo, los seres humanos han hecho la guerra y se han matado los unos a los otros a lo largo de toda la historia de la humanidad. Dominados y amenazados por el miedo, proyectamos todo lo probablemente malo, peligroso e incluso destructivo, ya sean situaciones que nos ocurren a nosotros mismos, a nuestras comunidades, a nuestras sociedades, a nuestras naciones o al mundo en general. Por lo tanto, bajo el yugo del miedo no puede haber paz, ni armonía, ni libertad en la vida y en la existencia de este planeta, la Tierra. Sin embargo, volviendo a las situaciones humanas más interiores, podemos observar que el miedo no trabaja solo, sino que también se alía con distintos factores como el odio, la avaricia, la vulnerabilidad, el control, el proteccionismo, la sed de poder y la ambición por gobernar o dominar. Por esta razón somos testigos de muchas matanzas despiadadas, no solamente de los supuestos enemigos de las partes implicadas, sino también de gente inocente de nuestro mundo actual, como por ejemplo en el Próximo Oriente u otras regiones del planeta. Se trata de una situación extremadamente triste. Es lo menos que se puede decir.

De hecho, tanto la raza como las religiones organizadas, los sistemas de creencias obsesivos o la barbarie son, en sí mismos, causas poco significativas de los problemas, del sufrimiento y del hambre del mundo actual. En cambio, nuestros propios sistemas energéticos internos, que por lo general no aceptamos, rechazamos e incluso repudiamos y que técnicamente en psicología profunda son conocidos como «la sombra», juegan un poderoso y activo papel en la configuración del círculo vicioso de nuestra vida. Proyectamos nuestra sombra a la gente que nos rodea, a las situaciones externas, y a aquellos que sostienen puntos de vista opuestos a los nuestros, así sean políticos, religiosos, culturales o espirituales. Muy a menudo, los padres proyectan su sombra a sus propios hijos, los maestros las proyectan a sus discípulos o alumnos, los sacerdotes o los monjes la proyectan en sacerdotes o monjes más jóvenes, y/o a sus jóvenes discípulos; Y los gurús también proyectan su sombra a sus seguidores, etc. O, dicho en pocas palabras: a causa de nuestra falta de consciencia, proyectamos nuestra sombra en el otro, lo cual provoca conflicto, dolor y sufrimiento a lo largo de nuestra existencia, en nuestras relaciones y en el mundo en el que vivimos.

Si no lo llevamos a la consciencia, ni permitimos su honrosa expresión, al lado izquierdo del equilibrio siempre le sucede algo de modo que nuestro equilibrio se verá afectado por ello. Examinemos por ejemplo la conciencia medieval. La sociedad medieval estaba prácticamente gobernada por valores patriarcales que son conocidos por presentar una sola cara o aspecto. Incluso la iglesia tomaba parte en la política de la sombra. Existía una mentalidad de fortaleza y armaduras, por lo que todas las ciudades estaban amuralladas, se tomaban las posesiones a la fuerza, lo femenino se conseguía como privilegio del varón, y las ciudades estaban en perpetuo estado de sitio. Éste era el sesgo de un solo aspecto de la conciencia medieval en la que la sombra se enterraba profundamente y por lo tanto se convertía en algo muy peligroso tanto para la sociedad como para sus miembros. Pero en la actualidad, las personas modernas proyectamos nuestra sombra en lugares cómodos como la industria del cine, la moda, y las novelas. Al proyectar nuestra propia oscuridad en algo exterior dejamos de ser personalidades completas. Da la sensación de que existan negocios enteros dedicados a contener la sombra por nosotros. Ello se debe a que la proyección es siempre más fácil que la asimilación. En realidad, la proyección en sí misma no es tan mala, lo importante es nuestra relación con ella. Cuando somos capaces de relacionarnos con nuestra sombra, gradualmente la asimilamos, la transformamos y la integramos en la totalidad de nuestras personalidades. De este modo podemos alcanzar de nuevo la plenitud.

Cuando hacemos que otros acarreen nuestra sombra es cuando inicia una página oscura de la historia humana. Vemos que los hombres depositan su sombra en las mujeres, los blancos en los negros, los católicos en los protestantes, los capitalistas en los comunistas, los conservadores en los socialistas, los musulmanes en los hindúes o cristianos, los palestinos en el pueblo judío, etc. No sólo es el hombre medieval y antiguo el que trata de manejar su sombra proyectándola en un enemigo sino que la mayoría de nosotros, hombres modernos, intentamos hacer lo mismo en el mundo actual. Pero no podemos seguir este peligroso proceso puesto que la evolución de la conciencia exige que integremos la sombra de modo que seamos capaces de crear un nuevo orden de conciencia así como una auténtica Nueva Era .

Cuando los padres proyectan su sombra en sus hijos sucede lo peor. La razón es que si un padre proyecta su sombra en un niño pequeño, ello divide la personalidad del niño y pone al arsenal del ego-sombra en movimiento. En la época actual mucha gente, antes de poder ser realmente personas y empezar sus vidas reales de adultos, dedica gran cantidad de tiempo, energía y dinero a limpiar las sombras que le echaron encima sus padres. Por lo que el mejor regalo que puede hacerle un padre a su hijo / hija es limpiarle su sombra.

Se plantea la pregunta de si es posible rechazar la proyección de una sombra de otra persona. Sí, existe una posibilidad, si uno tiene su propia sombra razonablemente vigilada o bajo control consciente. Para rechazar otra sombra, no has de volverte contra ella; sino que como un buen matador has de dejar pasar el toro permaneciendo firmemente enraizado en ti mismo. Por el contrario, al proyectar nuestra sombra en algo o alguien eliminamos un ingrediente esencial de nuestra psicología. Tenemos necesidad de comunicar con este lado oscuro de nuestro propio desarrollo, y no sirve de nada pasárselo a otro, tratando de colocar estos sentimientos indeseados y embarazosos. En conexión con reconciliar las dos partes del ser – la sombra y el poder personal – William Blake dice que debemos acudir al cielo para la forma y al infierno para la energía. Ello es porque la sombra contiene mucha energía que podemos extraer cuando somos capaces de comunicar con ella a través de la práctica de la Meditación de la Visión Profunda o Impecable Consciencia Desapegada . La forma más elevada de creatividad se logra cuando podemos afrontar nuestro cielo e infierno internos.

Otro modo de manejar la proyección de la sombra es retroceder ante las flechas y dardos de otras personas. Existe una historia increíble al respecto, que nos muestra lo que sucede cuando retrocedemos y no hacemos nada más que dejar que la proyección siga su curso. Una joven japonesa de una pequeña aldea de pescadores quedó embarazada mientras vivía todavía en casa de sus padres. Todo el pueblo la presionó para que dijera el nombre del padre y poder así atrapar al renegado. Tras muchos gritos, finalmente confesó. «Es el sacerdote,» dijo. Los aldeanos se enfrentaron con el sacerdote y se lo reprocharon airados. Este simplemente dijo: «Nada más.» Durante meses la gente se portó muy mal con este sencillo sacerdote. Entonces un joven, que había estado fuera del pueblo durante un tiempo, volvió y pidió casarse con la chica. Resultó ser el padre de la criatura. La chica había inventado la historia para protegerle. Los aldeanos fueron a ver al sacerdote y le pidieron disculpas. «¿Nada más?» -dijo. La historia nos muestra el poder de la espera, mientras otros hacen sus deberes: el trabajo de la sombra.

Desde el punto de vista de la globalización, el hecho de hacer global un tema económico, por ejemplo, podría considerarse en términos generales una buena idea en la medida en que podría suponer un gran beneficio para la humanidad en todos los rincones del planeta. Sin embargo, también podría plantear algunos problemas en relación con la mano de obra pobre y poco cualificada, ya que probablemente ésta no podría competir con la misma fuerza con aquélla que hubiera recibido una formación y una educación adecuadas en tecnología. Por esta razón, algunas voces alegan, con preocupación, que los pobres se empobrecerán cada vez más y, a su vez, los ricos se enriquecerán cada vez más. Aunque también es cierto que incluso sin la globalización, el hecho de que los ricos se enriquezcan y los pobres se empobrezcan es cada vez más evidente en cualquier lugar del mundo. Esto se debe esencialmente a la competitividad, pero también, a la corrupción cada vez más generalizada en prácticamente todos los campos de actividad comercial y económica y a distintos niveles jerárquicos dentro de los mismos. De hecho, el problema de la corrupción es un metaproblema para la humanidad y debe ser resuelto de un modo terminante para poder lograr algún tipo de justicia tanto social como individual. Si no se logra eliminar o, por lo menos, controlar el metaproblema de la corrupción, no habrá equidad, por no hablar de justicia, ni para los individuos, ni para la sociedad. Así pues, la corrupción se convertirá en algo crónico que se irá arrastrando y seguirá afectando a la mayoría de habitantes de todo el planeta.

Ahora, pasemos a valorar el papel que pueden jugar las religiones con respecto a la globalización y algunos de los problemas que ésta conlleva. Como es bien sabido, el miedo es un tema muy universal y básico en la psique humana, que debe considerarse muy seriamente para poder ayudar a aquellos que se sienten amenazados por él y poder resolverlo de la manera más adecuada. Desde el punto de vista espiritual, en la vida el miedo se hace presente, por un lado, como consecuencia de la ignorancia, de la falta de conocimiento interior o consciencia de lo que va a suceder, y por otro lado, a causa del apego a la supervivencia o a la existencia en sí misma. Para poder aliviar este tipo de miedo, hay que satisfacer necesidades básicas de seguridad, de calor humano y sentido de pertenencia. En este sentido, las religiones pueden jugar un papel muy activo para contribuir a que la gente se sienta internamente más protegida y segura, para que pueda continuar haciendo su trabajo y desempeñando su actividad profesional con un mayor sentimiento de seguridad con respecto al mundo y confianza en la vida. En el mundo competitivo, la mayoría de la gente se enfrenta a un nuevo problema: la soledad, ya que existe una mayor presión en la vida cotidiana, y la demanda creciente y constante de mayor eficiencia y de satisfacción de todas las necesidades hace que la gente tenga cada vez menos tiempo para los demás e, incluso, el tiempo suficiente para dedicarse a sus propios hijos y familiares. Acaban sintiéndose solos entre extraños, para decirlo de algún modo, y en consecuencia les invade la soledad. Seguramente, este tipo de soledad proviene de la falta de calor humano y del sentimiento de conexión para con todos aquellos que les rodean.

Visto desde un punto de vista esencialmente práctico, muchas religiones pueden proporcionar un lugar de encuentro, un templo o una iglesia donde la gente puede encontrarse para el culto o para reunirse unos con otros, hacer amigos o, por lo menos, conocerse entre ellos. De este modo, se les presentan oportunidades para debatir sobre temas que les preocupan, ya sea a nivel individual o colectivo, y a través de estas conversaciones amistosas o genéricas pueden sentirse más conectados y, por lo tanto, menos solos en este mundo incierto y cambiante. Además, pueden intercambiar el calor humano, la medicina más dulce que existe para curar la soledad humana, una de las mayores enfermedades del actual mundo globalizado.

A este respecto quisiera mencionar algunas de las cosas que nosotros, los Budistas, hacemos a través de aquellos de los nuestros que se hallan fuera, lejos de casa. Enviamos a los monjes al extranjero para que vivan en algunas ciudades grandes, presten servicio y estén a disposición de toda la gente que necesita entrar en contacto con ellos de una manera seria. Pero los monjes no se limitan exclusivamente a ayudar a personas Budistas y a gente de su propio país, sino que también prestan sus servicios como predicadores y consejeros espirituales a todos aquellos que se interesan en su actividad espiritual y/o necesita ayuda o asistencia respecto al calor humano y seguridad interna. Este tipo de papel que los monjes budistas desempeñan ha sido de muchísima ayuda en todo el mundo como por ejemplo en el Reino Unido, los Estados Unidos, Alemania, Francia, España, Suiza, Australia y Nueva Zelanda, por mencionar sólo algunos.

Ahora, demos un vistazo a algunas de las actividades desempeñadas por los monjes budistas. En primer lugar, se muestran abiertos y accesibles para que su gente pueda venir a conversar con ellos y pedirles consejo sobre temas de tipo emocional o espiritual o simplemente, estando presentes para gentes procedentes de todos los senderos de la vida al margen de nacionalidad, color de piel o sistemas de creencias. Un monje, o para ser más exactos, el vestido que lleva, simboliza un refugio espiritual o la bandera de una «noble persona liberada e iluminada» como se dice en términos budistas. Este significativo simbolismo ayuda a los que lo vislumbran a él o simplemente dirigen su mirada hacia su vestido, y el mismo monje manifiesta una serena y calmada facultad que emana bondad amorosa, compasión, y calor humano. Ésa es la razón por la que Buda, después de haber llegado a la Iluminación y Liberación totales, se propuso ser visto en el mundo y envió a sus monjes iluminados a trabajar para el bienestar, la felicidad y la asistencia espiritual de todos sin discriminación, empujado por la compasión hacia el mundo en su totalidad.

En segundo lugar, los monjes imparten clases de meditación y sobre el estudio del Dharma (las enseñanzas de Buda) para que aquellos interesados en profundizar en su crecimiento espiritual y autodesarrllo tengan la oportunidad de hacerlo. Además, dan conferencias de alcance público en todos los sitios, ya se organicen en sus templos o les inviten a darlas las mismas instituciones educativas y diversos grupos espirituales que deseen aprender sobre el camino de Buda. Así pues, el hecho de compartir el calor y la energía amorosa (lo que técnicamente recibe el nombre de Energía Espiritual), junto con el de mostrar el camino del medio (el camino de la sabiduría y el amor) van siempre juntos de la mano, de manera que la gente pueda obtener el mayor beneficio posible. Éste es un sistema muy eficaz y nos permite actualmente a nosotros, los Budistas, proporcionar ambas cosas, tanto en nuestros países como en el resto del mundo, pues nos damos cuenta de que tanto la estabilidad espiritual (o interna) de los individuos como la fuerza mental colectiva y la vida armónica dentro de la comunidad son necesarias para la salud y el bienestar de la gente. El hecho de satisfacer tales necesidades básicas, les permite encontrarse sana y positivamente con el mundo globalizado.

En tercer lugar, para poder aportar una cierta realización de tipo espiritual, se organizan Fiestas Budistas con ocasión de fechas señaladas que coinciden con ciertos eventos importantes relacionados con Buda. Por ejemplo, el Día de Buda en que tuvieron lugar 3 grandes eventos: su Nacimiento , su Iluminación y su Muerte , fechas que coincidieron siempre con la luna llena del mes de mayo, a pesar de que cada evento tuvo lugar de modo independiente y en años diferentes. Buda nació a la vida humana bajo la luna llena del mes de mayo; treinta y cinco años después alcanzó la Iluminación y la Liberación total una vez más con la luna llena del mes de mayo y, finalmente, tras cuarenta y cinco años de misión compasiva para la humanidad falleció bajo esa llenísima luna de Mayo. Parece ser que eligió ese como su día porque es el primer mes de la estación de lluvias, el que nutre la tierra y las plantas además de ofrecer alegría y vitalidad a la vida humana. Los días de luna llena parecen sugerir que una clara y despierta energía procedente de la luna fortalece una energía parecida y similar dentro de la consciencia humana.

El otro Día Budista está relacionado con el Primer Sermón que dio a los cinco ascetas que estaban preparados para recibir su mensaje sobre la Verdad y convertirse así en el testimonio de su total Iluminación a través de la comprensión de sus propias experiencias al escuchar las impecables palabras de Buda, justo en el punto de la exposición del camino del medio, del que nunca antes habían oído hablar. Otros Días Budistas significativos coinciden, uno con el primer día de Cuaresma y otro con el día en que mil doscientos cincuenta monjes se reunieron espontáneamente, sin ningún tipo de cita o invitación previa, y Buda aprovechó para exponer sus principales enseñanzas y expresar también su profundo agradecimiento por su infatigable y compasiva misión para con la humanidad. Todos estos días, incluyendo el día de la Fiesta Nacional y el Día de Año Nuevo, se celebran con espíritu de paz, armonía, amor humano de unos a otros, y esto ayuda a nuestra gente a encontrar un sentido de pertenencia y conexión de manera que el sentimiento de soledad y privación emocional puede curarse o tratarse más fácilmente. En cuarto lugar, los monjes actúan a título individual como consejeros de las personas, así sea en temas emocionales y conflictos internos, y en los de las familias de éstas, como en la comunidad. Esto se debe a que los mojes son vistos como sabios, compasivos, cálidos y bien instruidos en el Dharma, capaces de poder ayudar a encontrar una solución real a los problemas y, en consecuencia, poder guiar hacia la dirección correcta. Este tipo de servicio es gratuito, pues los mojes no cobran ni se ganan la vida, a pesar de que sus vidas dependan del soporte generoso de la gente, lo que en realidad es una existencia inter-dependiente. En este mundo globalizado donde la vida de la gente carga con el peso de un montón de presiones y es extraordinariamente estresante, es evidente que el servicio de asesoramiento es absolutamente esencial. Aún podría ser incluso mejor si, además de la formación religiosa y el entrenamiento espiritual, los monjes fueran correctamente formados en técnicas psicológicas y en métodos terapéuticos modernos. Porque además de sus insights y su calor humano, pueden equiparse con este tipo de conocimiento psicológico y demás técnicas útiles para ayudar a la gente a solucionar sus dificultades de una manera más eficaz. Con el fin de alcanzar este objetivo, todas las religiones organizadas deberían montar un curso especial o una escuela particular orientada a este tipo de formación tanto a nivel académico como experimental. Haciendo esto, estaremos en condición de formar un gran número de monjes cualificados para el servicio de asesoramiento.

Volvamos ahora al tema de los derechos humanos. Por el simple hecho de haber nacido humanos nos han sido dados, a todos y cada uno de nosotros, diferentes derechos: el derecho a la vida, el derecho a protegernos mediante ciertas medidas de seguridad, el derecho a creer o no creer en religión alguna -así defiendan total, o parcialmente, afirmaciones dogmáticas-, el derecho a adoptar cualquier ideología política, el derecho a la libertad de expresión, el derecho a disfrutar de una libertad individual, así como otros muchos. Una o varias personas pueden reivindicar de manera justificada todos esos derechos, pues son naturales y tanto las leyes universales como las escritas por la mano del hombre los confirman.

Puesto que la mayoría de la gente desconoce muchos de sus derechos como consecuencia de una falta de educación e información, las organizaciones religiosas deberían educar a la gente mientras predican sus doctrinas y desempeñan las actividades de la comunidad. No se trata de una cuestión política, sino de que la educación pública sobre los derechos humanos es un asunto de interés humano; y nosotros líderes religiosos y espirituales, que estamos cerca de la gente de todos los senderos de la vida deberíamos ser capaces de hacerlo de una manera eficaz. Con esto en mente, tanto los monjes como los sacerdotes deberían estar totalmente dotados de conocimiento e información actualizada sobre el tema de los derechos humanos para poder así educar y ayudar a la gente de una manera eficaz.

La otra cosa que fácilmente podemos hacer es cooperar con la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la cual tiene la directa responsabilidad y los ojos puestos sobre el tema de los derechos humanos en todo el planeta. En este sentido, nosotros, las organizaciones religiosas, debemos ser globales y abrir nuestros corazones a todo tipo de gente para así poder trabajar no sólo con nuestros seguidores religiosos sino también con toda la humanidad sin ningún tipo de discriminación. Así como el mundo se está globalizando, así también todas las religiones organizadas y las instituciones espirituales deberían globalizarse eliminando y transcendiendo la estrechez de miras y los intereses específicos de nuestras propias religiones, nuestras propias instituciones y nuestros propios grupos. Aunque podemos actuar localmente, nuestros pensamientos y corazones son globales, lo que significa abrir nuestros brazos para abrazar a toda la humanidad utilizando nuestras propias organizaciones religiosas como un modo de liberar a la humanidad del sufrimiento, la injusticia social, el hambre, y no sólo de alimentos sino también de realidades espirituales.

Como ya sabemos, el tema de los Derechos Humanos es bastante complicado y nada fácil de resolver. La razón principal se debe a que hay diferentes sistemas políticos con sus distintas ideologías y que sus líderes se vuelven muy egocéntricos y sólo se preocupan por asegurar su propio poder e ideología política, de manera que los derechos humanos se desatienden y no se respetan. En particular, aquellos que se oponen a las políticas y a los programas gubernamentales pueden ser encarcelados fácilmente o incluso asesinados sin piedad, lo cual constituye una barbaridad en un mundo civilizado. A causa de la avidez de poder y la agresividad con que se ejerce, en muchas partes del mundo los derechos humanos son pisoteados e infringidos, y en consecuencia, la gente inocente y aquellos patriotas que realmente se preocupan por el bienestar y los intereses de su país y de su gente sufren tremendamente, llegando sus derechos humanos, o incluso sus propias vidas, a correr un gran riesgo.

Siendo conscientes de todos los hechos arriba mencionados, a parte de escribir sobre dichas situaciones ya sea en libros, diarios y revistas, o discutir sobre ellos en los medios de comunicación y entre varios grupos que se preocupan por los derechos humanos, aún podemos hacer algo más esencial: todos nosotros podemos enviar nuestro amor, nuestra energía curativa y buenos pensamientos a los oprimidos, privados de sus derechos humanos y, del mismo modo, a los opresores y dictadores, deseándoles lo mejor, que sean felices y se liberen de toda opresión. E igualmente podemos desearles (a los opresores y dictadores) más inteligencia, preocupación y compasión hacia aquellos que se hallan bajo su poder. Este tipo de meditación o plegaria puede hacerse tanto individualmente como en grupo (grupos) en todo el mundo para que así nuestro planeta, la Tierra, pueda reunir cada vez más calor, amor y energía curativa para ayudar a ambas caras del espectro a lograr una transformación. Esta contribución puede ser altamente eficaz porque nosotros los humanos somos realmente poderosos y la meditación o la plegaria es nuestra mejor herramienta, aunque sea invisible.

En conclusión, todo esto puede reducirse a una sola verdad: debemos refugiarnos en nuestra Naturaleza del Despertar, en la Luz de la Consciencia y en la Armoniosa y más Iluminada Gente de todo el Planeta porque ese refugio es seguro, ese refugio es supremo. Lo cual quiere decir que tenemos que responsabilizarnos totalmente de nosotros mismos, estar presentes creativamente para los demás y ayudarnos unos a otros a construir una Familia Mundial con amor incondicional en nuestros corazones, mutuo entendimiento en nuestras mentes y paz en todos nuestros seres.

 

Dhiravamsa

Nacido en Thailandia y con formación monástica, Dhiravamsa es uno de los representantes más creativos del budismo Theravada afincado en occidente.

 

 

 

 

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